EL ORIGEN DE LA CONTRADICCIÓN.
¿A que se debe que seamos tan contradictorios? Para averiguarlo hágase primero la siguiente pregunta. ¿Cual es su opinión? «¿Mi opinión sobre qué?», dirá usted. Sobre cualquier cosa, venga. Pues bien, eso que usted ha pensado, no es «su opinión». O al menos, no es su ÚNICA opinión. Porque usted no tiene una, tenemos varias. ¿Y cuáles son?
LA PRIMERA OPINIÓN
Es la primera que nos viene a la cabeza, la que no está condicionada, se supone, pero nace de nuestros prejuicios, nuestros a prioris, de lo que consideramos correcto. Procede de nuestra cultura, de lo que nos han enseñado, de lo que NO nos han enseñado, de lo que hemos visto y sobre todo de lo que NO hemos visto.
Todo aquello que nos influye, ya sea porque lo rechazamos o asumimos, construye opinión. De niños o adultos nos pueden meter la cabeza en un abrevadero y beber con gusto y seguir durante toda la vida defendiendo algo o podemos rechazarlo porque nos ahoga, porque otras influencias, amigos que amamos o momentos vividos, contrarios a nuestra primera idea, vienen a cambiarnos.
LA SEGUNDA OPINIÓN
Pero ¿sólo nos influyen desde fuera? Nuestra segunda opinión, que convive dentro de nosotros con la primera, reside en nuestros deseos. Muchas veces lo que deseamos no coincide con lo que nos influye o consideramos ético. Y lo consideramos ético no porque lo sea, sino porque lo hemos sentimentalizado. Es decir, que puede ser que opinemos de un modo, consideremos ético de otro y deseemos de otro.
LA TERCERA OPINIÓN.
La tercera es lo útil. Porque pese a todo, lo que nos conviene no es optar por la vía ética, ni la sentimental ni la racional, sino la práctica. Ya estamos siendo contradictorios.
LA CUARTA OPINIÓN
Y también tenemos una cuarta opinión. Porque cuando nos damos cuentas de todo esto, relativizamos. Nada nos convence.
Y por eso somos tan contradictorios.
También Publicado en prensa de papel (La Voz del Tajo- Talavera de la Reina) el 27 de enero de 2016)
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Está bien aunque hay que leerlo dos veces.
Sería interesante pensar en que hay varios tipos de personas según que opinión acaban «teniendo» de algo . Así el muy interesado acabará optando siempre por la opinión útil y el filósofo que le da tantas vueltas a todo estará siempre relativizando. Y el soñador o idealista pues la de sus deseos
Tu compi otra vez