El 5 de Abril de 2018 tuvo lugar un homenaje al antiguo director de la compañía de teatro aficionado El Candil, de Talavera de la Reina. Aprovechando mis vivencias con él hago una semblanza de una figura habitual en los grupos de teatro aficionado, el director y gestor, es decir el factótum.
Este es el artículo:
ISMAEL SÁNCHEZ, LA DANZA DE FORMENTOR.
Conozco a Isma desde niño y he sido testigo de muchas cosas. Isma no es un artista común. Isma es de los que gestionan, buscan actuaciones, cargan con el planteamiento, la puesta en escena, aspectos técnicos, burocráticos, mover gente, mucha, decisiones complejas, distintas opiniones. El trabajo de un factótum es siempre imprescindible en todo grupo. Y sin embargo, de ellos solo importa que sea simpático.
Pero Isma concebía el teatro como un oficio serio y exigía.
Isma manejó mucha gente durante un tiempo y con gran esfuerzo consiguió cotas de gran calidad. Sostuvo en sus brazos hercúleos a un grupo de más de veinte actores. Y cuanta más gente manejas, con más intereses cruzados tropiezas.
Los gestores teatrales tienen la dura tarea de gestionar gente, lo cual exige autocontrol, mano izquierda.
Conseguir fieles por encima de advenedizos que no se lo toman en serio, echan pulsos, son inconstantes o te dejan en la estacada es una tarea esquizofrénica. Una labor la de los gestores teatrales llena de sentimientos encontrados. Difícil caer bien siempre.
Él era protagonista y autor, compensación justa por carga tan pesada.
Sintió el Candil como una responsabilidad y cargó con la tarea. Luego aquel periodo con tanta gente pasó y encontró en mi padre un partenaire ideal, comprometido y seguro donde hacer teatro sin tantos quebraderos de cabeza.
El grupo se redujo a Lique e Isma y alguno más. Se convirtieron en el mascarón de proa del Candil. Muchos lo vieron como un acto de exclusivismo. Pero se limitaron a ser realistas y a disfrutar haciendo teatro de calidad. Juntos llenaron las vitrinas de trofeos y proporcionaron a las arcas un colchón económico gracias al cual hoy el grupo sobrevive
Y ahora llega su homenaje. La gente llama maestros a aquellos de quien saca tajada. Si no, son traidores o rancios. Hasta que llega el homenaje.
Sí, dedicarse al teatro es algo que no vale la pena. Y, sin embargo, ni nosotros mismos nos explicamos por qué seguimos aquí, caballeros con la armadura oxidada puesta.
Publicado en prensa local edición papel La Voz del Tajo de Talavera de la Reina 13 de abril de 2018
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