Vi hace muchísimo la película ¿Quo vadis? No la recuerdo. Cuando comenté que tal vez debería revisitarla, me dijeron que no valía la pena, que era simplita y sin sustancia. Está bien esto de ser sincero fuera de cámara. Uno no puede arremeter contra un clásico por escrito pero en privado, se dice lo que se piensa. Hay películas con prestigio que luego son un puñetero rollo. ¿Lo es Quo vadis? Por lo visto sí. Pasaba que Peter Ustinov lo tapaba todo.
Y cuando leo el programa de mano de Nerón Festival de Mérida 2018 en las primeras líneas dice: “a lo largo de los siglos ha perdurado la imagen frívola de Nerón”, pero “el personaje es mucho más complejo y misterioso”. O sea, que se han dado cuenta y prometen profundidad
Nerón, como cualquier personaje, puede transformarse en paradigma de un problema complejo interesante para el espectador. Abrigo esperanzas.
SE ABRE EL TELÓN.
Pero tal vez iba yo muy deprisa. Porque al principio vemos a ese Nerón simple y frívolo. Pienso que será un cliff hunger (un gancho narrativo) para entrar en calor antes del incendio de conceptos y problemas morales. Desde luego, la plasticidad de los diálogos intencionadamente ridículos e incluso tan patéticos que pueden confundirse con comedia no deja de tener su atractivo.
FALTA UN OBJETIVO
Y hubiera sido atractivo si, cumpliendo lo prometido, hubiésemos pasado a otra cosa de más enjundia ¿Qué pretende Nerón? ¿Dónde va Nerón? ¿Quiere algo? ¿Necesita algo? Toda buena narrativa se basa en que alguien quiere algo, encuentra obstáculos y realiza un viaje personal y social (el viaje del héroe, según explica Christoper Vogler) interior y exterior. Pero Nerón no pretende nada, no tiene un objetivo. ¿Quo vadis, Nerón?
FALTAN PERSONAJES INTERESANTES.
Si en una narración no hay un objetivo, la segunda opción es acumular pequeñas escenas que se siguen unas a otras en un mosaico.
Pero para que el mosaico resulte necesita personajes fuertes, atractivos, que tengan muchos vértices, que oculten secretos, duden, se angustien, entren en conflicto con los demás y consigo mismos. Que tengan una filosofía peculiar. Nerón no sale de su propia trivialidad.
EL LEGADO MARCO VINICIO
El legado Marco Vinicio sí pretende algo. Pretende a una cristiana. Pero el arco del personaje, la evolución de este soldado, no sufre altibajos interesantes. Simplemente la busca y desea. Ni el mensaje de la cristiana cala en Marco durante el diálogo teatral, aunque se sugiera, ni le provoca conflictos internos interesantes. Son dudas planteadas sin desarrollo si es que existen. Dudas sin profundidad que no tienen nada que ver con nosotros, los espectadores. Su pequeño conflicto no pasa al espectador.
NO HAY CONFLICTO EN NERÓN festival de Mérida 2018
Y si no hay conflicto interior -al menos no demasiado interesante- en Marco Vinicio, menos lo hay en Nerón, que no busca sino cantar, dedicarse a las orgías y esquivar con abulia los complots que sobrevienen. ¿Conflicto interior por haber matado a su madre? Poco. Es tan superficial e infantil el pobre que ni le interesa siquiera a él.
El personaje no es un Calígula torturado, no profundiza en el sentido de culpa o de la vida con argumentos que traspasen la cuarta pared
NO HAY OBJETIVOS NI CONFLICTOS EN EL RESTO DE PERSONAJES
Respecto a los demás personajes, ni la madre, ni Popea, ni Petronio ni ninguno pretende nada. Como mucho, Agripina pretendía que su hijo Nerón llegará a emperador, pero esto ocurrió en el pasado. Tampoco hay un desarrollo de este conflicto, ni provoca intriga porque ya está logrado. Ni afecta al presente. No hay expectativa de cambio.
¿POR QUÉ NO HAY OBJETIVOS NI CONFLICTOS INTERESANTES?
Y no hay porque todos están muy seguros de lo que dicen y hacen desde el principio hasta el final. Nadie cambia de actitud. Nadie reconoce errores. Todos insisten en actuar siempre de la misma manera. Y nadie profundiza en problemas de fondo.
Sí, el legado se pasa al bando de los conspiradores y el guardia pretoriano Tigelino también, pero son momentos puntuales, no hay un desarrollo amplio en este cambio, ni demasiado complejo. Son cambios de cartón piedra, de por fuera, superficiales en una obra más destinada a contar la historia por fuera que lo que pasa por dentro.
SÓLO AVENTURA SUPERFICIAL
Por tanto, ¿dónde va Nerón? Nerón recibe al soldado. Quiere que le haga una estatua. Hablan de eso. Nerón quiere cantar coplas. Es vanidoso. Nerón consiguió el poder gracias a su madre Agripina, cuestión que aparece en escenas en flash back. El emperador es víctima de conspiraciones. El emperador se dedica a las orgías. Esa es toda la información, todo el mensaje, toda la aventura, todo lo que podemos extraer de Nerón festival de Mérida 2018. Todo es superficial
AUSENCIA DE CONFLICTO INTERIOR
En Nerón festival de Mérida 2018, los personajes no son contradictorios, aunque cambien muy rápidamente. No sufren por actos que cometieron.
Los autores podrían haber reflejado angustias, dudas, culpas, toma de decisiones nacidas de sus quebrantos, problemas psicológicos que hoy nos atañen.
FALTA DE FILOSOFÍA DE FONDO
¿Qué problema filosófico plantea Nerón Festival de Mérida 2018? ¿Es una simple película de las tres de la tarde? ¿Un teatro de simple entretenimiento? Y cómo pueden entretener cinco actores escasos intentando trasladar al escenario una superproducción de Hollywood… y sin leones.
NECESIDAD DE UN PENSAMIENTO EN EL TEATRO.
El teatro es conflicto y sobre todo interno. No es aventura sin más. Acaso el sainete y la comedia, pero un teatro de aventuras sin trascendencia puede resultar trivial. El teatro exige planteamientos, dudas sobre nuestras acciones. ¿La necesidad de ser cruel como gobernante? ¿Los sacrificios no comprendidos que deben hacerse en favor de un bien común? ¿La corrupción como un problema complejo y no como un simple mitin? ¿Plantea Nerón alguna cuestión de estas, que afecte a un espectador del siglo XXI? ¿Existencialismo? ¿Para qué tanta gloria si todos hemos de morir? La frase se dice, podrían haberla explotado. Este Nerón Festival de Mérida 2018 narra una historieta superficial mil veces oída. Decepciona que no se haya indagado en el alma del conflicto.
EL CRISTIANISMO, UNA MISA RANCIA.
Los que van a misa saben que hay curas machacones que insisten sobre ideas rancias mil veces oídas. Las misas y homilías de San Pablo en Nerón Festival de Mérida 2018 son más de lo mismo, teorías cansinas que todo el mundo se sabe.
En una sociedad del siglo XXI que de una manera mayoritaria huye del mensaje tradicional católico, y que más que laica es anticlerical incluso, todos estos discursos sobran. Es imposible llegar al público con discursos cristianos trillados. Deberían haber aprovechado para el problema religioso, aunque traicionaran la película. Eduardo y Sandra deberían haberse esforzado un poco en argumentaciones polémicas. Esta carencia es una más de las que llenan el montaje. El mensaje no aporta nada. Las dudas y el conflicto escaso, los cambios escasos de perspectiva, tampoco.
NECESARIO PENSAR
Lo que quiero decir es que cuando se trata un tema, aunque sea una versión libre de ¿Quo vadis?, uno puede permitirse cualquier licencia porque la primera obligación es enriquecer, adaptar a los tiempos actuales, superar defectos del original, mejorar, interesar al público de hoy. Sabemos que Popea murió porque Nerón la pateó estando embarazada. Aquí muere de otra forma. La licencia no sé si es de la película o el libreto, pero ya que han cambiado esto, podían haber versionado más cosas. Pero no insisto.
SOBRE LA CLEMENCIA, DE SÉNECA
Y Eduardo y Sandra lo tenían fácil. Bastaría haberse leído Sobre la clemencia, de Séneca, texto que el filósofo cordobés dedicó al emperador, de quien fue consejero. Las reflexiones que Séneca aporta al propio Nerón son muy aprovechables y tienen la suficiente enjundia como para haber animado el montaje.
OCTAVIA, DE SÉNECA, UNA OBRA DE TEATRO DE MOISÉS DE LAS HERAS
Me permitirán la chulería, pero este que les escribe ganó en el año 2013 el premio de literatura de dramática Domingo Pérez Minik con una obra titulada Octavia La carne del animal, versión de un drama de Séneca sobre Nerón, que junto con “Sobre la clemencia” construí con los personajes de Nerón, Popea, Séneca y Octavia como protagonistas. Así que de Nerón algo sé.
Consciente cuando lo escribí de que a todo personaje debe dársele una profundidad ideológica y psicológica compleja, traté diversos aspectos contradictorios sobre la venganza, la relación amorosa y la ambición. Una copia del libreto, por cierto, con toda ingenuidad, se lo di en mano ese mismo año a Jesús Cimarro, por si alguien quería representarlo. Por ahí debe andar, perdido entre sus papeles si no lo ha tirado. Por supuesto, no me hizo puñetero caso porque ni me lo merezco ni lo que yo presentaba era un proyecto teatral respaldado por compañía alguna. Le largué el libreto sin más. Bastante hice acercándome.
UN TEXTO VACÍO.
Así que, sin profundidad de personajes, sin objetivos claros, sin escenitas interesantes, sin filosofía de fondo, tan solo con una trama rutinaria, este Nerón pasa este 2018 por el Festival con más pena que gloria.
ALGUNOS ACIERTOS
Acaso un acierto pueda ser la utilización del escenario. La distribución de personajes sobre las tablas, el minimalismo vistoso del pie gigante y funcional, los telares rojos, el ploteado de la pierna y la cabeza cómo púlpito. Todo ello conforma una escenografía bella y bien repartida. Pero sobre todo el ir y venir de personajes trazando diagonales, entrando y saliendo de una manera dinámica y vistosa, aprovechando todo el espacio.
Aunque, todo hay que decirlo, este ajetreo que teatralmente es acertado, contribuye a que la estructura superficial del texto cree aún más caos cuando se percibe con movimiento escénico incluido.
TEXTO DEMASIADO MASCADO
Lo que se dice parece a veces dirigido a niños. “Nerón, mataste a tu madre” “Nerón, eres mu malo” y cosas similares.
También, el desarrollo anodino del texto sin que aporte cuestiones interesantes se suma a escenas prescindibles donde se cuentan cosas oídas o se plantean diálogos consabidos.
Y como tercera cuestión, todo ello se añade a una puesta en escena también lineal en desarrollo ya visto, aunque movida. Tumbado en un imaginario triclinio, Nerón habla de cosas ya vistas. Los consejeros alrededor realizan acciones y dan réplicas que nos esperamos antes de que ocurran. Casi todo se desarrolla en presente. No hay juego teatral. La linealidad también contribuye al aburrimiento.
DIÁLOGO Y MOVIMIENTO
El emperador habla, los consejeros le contestan. No hay movimiento. Cuando la escena cambia, de distribuye bien de modo distintos y los actores se colocan de manera diferente, pero cada escena es estática. Esto tiene sentido si lo que se dice es sustancioso, como ocurre en Calígula, de Camus. Su teatralidad sencilla queda justificada para que se escuche la profundidad del libreto francés. Con un texto no profundo, la teatralidad debe ser más vistosa para cubrir dicha falta. Imaginen lo contrario, un Calígula con una puesta en escena dinámica. El exceso de movimiento hubiera impedido escuchar el texto.
Pero unir escena estática a falta de profundidad conceptual es un error.
APUNTES TEATRALES INTERESANTES DE NERÓN FESTIVAL DE MÉRIDA 2018
EL FLASHBACK
Tan solo un par de riesgos teatrales que se corren. Uno de ellos es el flashback. De repente, dejamos de ver el presente y aparece un Nerón niño, luego adolescente o joven en el pasado hablando con su madre viva. Quieras que no, aunque heredera del cine más que del teatro, el flashback nos mueve la butaca. O en los incómodos estrados de los cojines. Y nos hacen exclamar, ¡anda, mira, teatro! Nerón se acuesta con Popea, el criado Esporo tapa la escena con el abanico de plumas y cuando los destapa hemos hecho el salto atrás. ¡Teatro! Pero luego Nerón vuelve a cantar y a decir rutinas como que es un estupendo artista, no sale de ese discurso y todos nos aburrimos de nuevo.
A VECES VEO MUERTOS
Otro apunte teatral interesante. Nerón ve el fantasma de su madre muerta subrayándose así la locura del personaje. Una locura sin mayor trascendencia, por cierto.
En alguna escena más teatral, Nerón habla con Popea y a la vez se le aparece su madre muerta fantasmal. Las frases dirigidas a una son reinterpretadas por la otra produciéndose un juego cómico y teatral. ¡Anda, teatro! Tampoco demasiado maravilloso el recurso, pero bueno, algo de juego tiene esta obra que muestra tantos reparos a contraer riesgos textuales o escénicos. A lo mejor tienen razón, a lo mejor el público es tonto y no quiere que le compliques demasiado la vida. No sé.
A VECES VEO NARRADORES
Otro juego de invisibilidad. El actor que interpreta a un personaje (Petronio, por ejemplo) de repente rompe la cuarta pared y se dirige al público como narrador explicando entresijos históricos de la escena que estamos viendo o completando lo que falta. Y este narrador deambula por el escenario entre los personajes que “no le ven” y siguen dialogando como si nada. Los personajes no ven al narrador. Luego el narrador se incorpora al diálogo y sus compañeros lo aceptan como si tal cosa. Esto le da cierta ductilidad a la obra, pero es muy puntual. Tampoco requiere un gran ingenio. Y ante lo anodino que se cuenta, los que nos gusta el teatro pedíamos más. Y nuevamente exclamamos, ¡anda, teatro!
OTRO PELÍN DE TEATRALIDAD. A LOS LEONES
Me refiero ahora a la escena donde Popea, presa por el soldado Tigelino, es arrojada a los leones. Nerón, látigo en mano, exige que salga el león. Grita. En una obra que sólo ofrece realismo, temíamos que fuera una escena seria, pero no. Es un rasgo de humor en un libreto que carece de sentido del humor. Hasta cierto punto nos engañan porque la escena no era real. Era un juego más de Nerón en su vida ociosa.
TEATRO DENTRO DEL TEATRO
Aparece el efebo Espero con una máscara de cartón y creemos que es una insuficiencia más de una obra que ha solucionado torpemente el problema del circo con leones. Pero no. Mira por donde, era un giro teatral hacia la comedia.
El personaje Esporo habla como actor Daniel Migueláñez de la dificultad de disfrazarse, “¿por qué no salías, león?” “no me da tiempo”.
Por primera y única vez, los actores se refieren a sí mismo como tales. Nada comparado con Yllana, claro. Pero bueno, ¡teatro habemus!, volvemos a exclamar.
LA SOLUCIÓN DE LOS LEONES
Nos acordamos del ingenio desarrollado por Yllana para resolver con gran solvencia el problema de la batalla de galeras o de la carrera de cuadrigas. No creemos, tal cómo va la cosa, que Nerón festival de Mérida 2018 lo logre, pero nos intriga.
Y para que no nos acostumbremos a tanto teatro, a ver si nos va a dar un colapso, la solución se resuelve con el empastillado del efecto de un rugido grabado. Un solo león, no vaya usted a creer. Tampoco hay que derrochar todo el ingenio en una sola obra.
NO HAY ACTORES PARA TANTA ROMA
Sólo son cinco actores (poco más) para dar vida a ejércitos, circos, asambleas cristianas, pueblos, senado e incendios. Aunque nos usen, son sólo cinco para trasladar toda una superproducción americana a un escenario. Por mucho que lo intenten, es difícil transmitir el mismo aire. La superficialidad de aquella estaba justificada por la parafernalia logística de extras y decorados. Esta no.
LAS INTERPRETACIONES
Pese a todo, las interpretaciones, solventes, correctas, profesionales. Tampoco grandiosas, pero buenas. En algunos casos bastante buenas y en otras no tanto. La interpretación no es el problema. Incluso ayuda a que la obra en sí no decaiga del todo.
Destaca la voz poderosa de José Manuel Seda como Marco Vinicio. Su potencia contrasta con el resto de modulaciones más naturales.
A destacar, aunque por abajo, Carlota García, actriz joven cuya voz inocente y meliflua era muy apropiada para el papel. Tendrá que esforzarse en un futuro para no encasillarse en ese arquetipo.
CONCLUSIÓN
Tendrían que haber explotado los diálogos profundos con tan pocos actores. No vamos a pedir a Eduardo que esté a la altura de Albert Camus, pero es ingenuo que tenga éxito toda la parafernalia visual de una superproducción sin profundidad sobre el escenario. El intento de ser populares, de no complicar la vida al espectador, es un modo de desconfiar de él, de su inteligencia, y de fracasar en calidad, de paso.
Aunque no hayamos visto mucho teatro tampoco en Nerón Festival de Mérida 2018, es de agradecer que no nos hayan impartido lecciones sobre independencia de naciones, derechos de pueblos, violencias de géneros y demás monsergas de telediario. Al telediario lo que es del telediario y a Talía lo que es de Melpómene.
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