Monstruos el prodigio de los dioses, en el Teatro María Luisa.
MARIA LUISA VERSUS TEATRO ROMANO.
La 70 edición del festival de Mérida 2024 tiene un complemento de actividades en el recién inaugurado teatro María Luisa. Lo que se ofrece en este entorno cerrado es menos popular, menos turístico. No son representaciones destinadas al viajero de paso, que disfruta de una temporada de ocio en Mérida como lugar de vacaciones. Son obras más pequeñas, de un calado menos vistoso, menos impresionante en lo que se refiere al decorado y puesta en escena y, sin embargo, para mi gusto, son obras mucho más interesantes, minoritarias, más difíciles si lo quieren llamar así, que se ajustan mejor a lo que se entiende por “cultura”.
DIFERENTES ESTILOS.
No dejan de ser versiones, pero que responden más al espíritu del original que a lo que se presenta en el entorno conocido del teatro emeritense, donde dichas versiones juegan a epatar al público de forma más descarada, con frecuentes recursos al anacronismo en comedia y al anacronismo temático en tragedia.
TEXTOS CALDERONIANOS.
Guiados por este espíritu que digo, la compañía Prodigio Teatro presentó el pasado día 6 de julio una propuesta culta y enriquecedora de textos de Calderón de la Barca, tratando una temática universal referida a cómo el poder y los poderosos, por envidia o por ambición, anulan o condenan al ostracismo y a la muerte a quienes consideran superiores a ellos, que pueden hacerles sombra.
EL CONCEPTO DE MONSTRUO.
Tal y como indica el programa de mano, el concepto de monstruo en la antigüedad es distinto del que tenemos hoy día. Muy distinto al villano cruel, indeseable y sin empatía, capaz de las más crueles atrocidades que espantan. El concepto en el siglo XVI era diferente, mucho más parecido a la otra acepción de monstruo que solemos utilizar como “persona genial que destaca positivamente sobre los demás por sus virtudes, en especial profesionales”. El monstruo fue, hace 400 años, y sobre todo en esta versión de Prodigio Teatro, un ser diferente, especial, envidiado por el poder por sus habilidades y virtudes que, sin embargo, como decíamos, es defenestrado por los poderosos y por quien puede someterlos.
LOS TRES MONSTRUOS HABLAN.
Siguiendo tal criterio, los tres monstruos, representados por Beatriz Arguello, Arturo Querejeta e Isabel Rodes cuentan su historia al público y se quejan de su fatal destino, de su desgracia y de la injusticia que con ellos cometieron.
UN GUION SENCILLO PARA AYUDAR UN TEXTO COMPLEJO.
En este sentido, la propuesta trabaja sobre una idea sencilla, fácil de comprender, como la que he referido, que tiene como finalidad poder centrarse en el trabajo actoral y en transmitir, con la mayor claridad posible, los abigarrados textos calderonianos, cargados de ideas complejas debido su alto lenguaje culterano. Ideas que, desmenuzadas y traídas a la actualidad, son tan complejas como sencillas, pero que se esconden en un lenguaje de vocabulario espeso que el adaptador tiene la misión de facilitar, en un aula poética como la presente.
LA DRAMATURGIA DE AURORA PARRILLA.
La versión de Aurora Parrilla de estos textos escogidos, más allá de la puesta en escena que luego veremos, es monstruosa, acudiendo a la segunda acepción de “monstruo” a que nos referíamos. Es extraordinaria. ¿Pudiera hacerse mejor? No lo dudo, pero esta versión es buena.
Aparte de parcelar en tres ejemplos a los tres monstruos escogidos, la combinación verso, donde se usa el texto original de Calderón, y las aclaraciones en prosa, justo a continuación, forman un equilibrio muy ameno. La aclaración ayuda al verso y el verso le da profundidad a la aclaración moderna; y en esta combinación constante se mueve la obra, produciendo un efecto muy agradable.
Además, los textos añadidos no chirrían. Son tan iguales, tan parecidos que uno no distingue un texto de otro. Chapo por la dramaturga.
LA DIRECCIÓN DE ACTORES. Monstruos el prodigio de los dioses
¿Y qué decir de la interpretación? Es soberbia del todo. Desde el primer actor o actriz al último, todos tienen una presencia que llena el escenario por sí solo. Los cambios de registro, de intenciones en gestos, movimiento y voz dieron a este espectáculo, a medio camino entre el aula poética y el monólogo interpretativo, una emoción particular. Textos muy trabajados, muy ensayados, con una dicción perfecta y una variedad en tonos que subyuga.
SENTIMIENTOS BIEN INTERPRETADOS.
Sobre todo, se combinaban dos sentimientos. Por un lado, la desesperación cuando el texto lo requiere. El reclamo, la imprecación, el dolor y, por otro, escenas tiernas donde el tono se ralentizaba, imprimiéndolas un cariz conmovedor. Uno tras otro, los tres por igual, sin destacar a ninguno que fuera superior y desentonara, fueron pasando Isabel Rodes, Beatriz Arguello y Arturo Querejeta, mostrando cada uno sus registros personales, pero unificados al resto.
LA PUESTA EN ESCENA. Monstruos el prodigio de los dioses
Dejo para el final el análisis de la puesta en escena.
Respecto a ello, la idea de introducir música en directo al piano a cargo de Jorge Bedoya, que además interviene en ciertos momentos como actor, le da ese plus, ese empuje, esa intensidad que requiere un texto de hace 400 años. La música de vuelve más agresiva cuando el monólogo hierve. Subraya los momentos de ternura con música adecuada. Conjuntar texto y música y empastarlos bien es muy importante cuando se trata de trasladar al siglo XXI textos de otras épocas. Sobre todo, de otras épocas, pero también textos modernos.
La música siempre ayuda. Es algo que yo tengo muy en cuenta a la hora de grabar los audiolibros en mi canal de YouTube y de Ivoox. Aunque a algunos no les guste, sé que la música juega un papel importante en la transmisión de un texto. La buena interpretación se enriquece con la introducción de música. Monstruos, el prodigio de los dioses
LOS HITS CINEMATICS
De igual modo, los efectos de sonido y también la música incidental empastillada ayuda. Añade un plus más al resultado final de “Monstruos, el prodigio de los dioses”. Hay momentos en que, en el drama, surge una amenaza sobrevenida o se presenta una desgracia “inesperada”. Entonces la intención se destaca a través de dicho efectos sonoros y “scores”. Llenan el patio de butacas y estremecen al espectador, y le conmueve.
Y al espectador que pueda haberse despistado le hace comprender que ha ocurrido algo terrible en escena, y capta su atención de nuevo.
EL ECO Y EL RECITADO EN CANON.
El juego con la voz no se limita a los cambios de registro, a los silencios y a los cambios de intención. Aparte de que empastan muy bien con las interpretaciones gestuales y de movimiento escénico, también el eco se usa como recurso cuando el planteamiento escénico lo requiere o cuando dos actores hablan en canon. En tales casos, el micrófono mete un “rever” de efecto dramático, acentuando un momento concreto. Principalmente cuando los dioses hablan y se dirigen al semi humano. Monstruos, el prodigio de los dioses
LA DIRECCION ESCÉNICA. Monstruos el prodigio de los dioses
Tanto la dirección de actores como la dirección escénica fluye en un conjunto armónico.
Respecto a la dirección escénica, los actores juegan con módulos, los abaten o los ponen de pie; se suben a ellos y se elevan, se arrodillan. Los actores se relacionan entre sí, luchan, establecen cercanías amorosas, yacen en el suelo, se tienen miedo, huyen unos de otros, se amenazan con el puñal omnipresente… todo ello le da un dinamismo y una vitalidad al difícil arte de tres actores interpretando tres monólogos sucesivos.
EL PLANTEAMIENTO ACTORAL.
El hecho de que los otros dos actores intervengan en el monólogo de uno de ellos, el que se está produciendo, y que complementen el subgénero y lo conviertan en un pequeño drama, con réplicas y contra réplicas es, ya de por sí, de agradecer. Da variedad y colorido al planteamiento.
LAS PROYECCIONES.
Del mismo modo, las proyecciones están cuidadas y complementan, pero no distraen. Muestran imágenes sugeridas, que se hallan en su punto justo. Convierten el panel de diseño caótico con bajo relieves de monstruos, en un decorado con dinamismo, con imágenes en movimiento que, sin embargo, no distraen.
EL VESTUARIO Monstruos el prodigio de los dioses
El vestuario uniforma en lo blanco a los actores para contrastar con el negro de la caja escénica y dar un significado positivo al monstruo, como héroe marginado e incomprendido, con más virtudes que defectos.
Vestuario, proyecciones, decorado, módulos, el puñal en el centro dividiendo en dos zonas simétricas el escenario componen una escenografía muy cuidada. Monstruos, el prodigio de los dioses
LA PUESTA EN ESCENA EN GENERAL.
En general, la palabra empastar es la adecuada para describir esta obra de gran calidad, llevada a término por unos actores responsables. Cuidadosa en el más mínimo detalle.
Todo lo referido y desmenuzado en este artículo, las interpretaciones, la música, el ritmo, la versión, la actuación, el vestuario, los efectos empastillados, el piano, el movimiento escénico, el decorado… todo ello, como digo, funciona a la vez y en la misma dirección. Lo que el espectador recibe es una obra completa y distraída, porque precisamente todos los efectos citados producen el efecto del entretenimiento.
Todo funcionando a la vez en un todo indistinguible.
LA FUNCION DE CRÍTICA TEATRAL… DEL ANÁLISIS TEATRAL.
La labor de este crítico teatral improvisado es darse a sí mismo una oportunidad para contar, a quien no haya visto la obra, pero sobre todo a quien sí la haya visto, un análisis de los recursos que se emplean. Es mi labor autoimpuesta por la que nadie me paga y respecto a la cual no debo nada a nadie. Analizar con objetividad lo que veo, según mis pobres conocimientos. Analizar, no criticar.
De cualquier forma, si en algún momento hago una crítica negativa en cualquier sentido en alguna que otra obra, mi intención será, igualmente, analizar para decir donde falla y que el espectador salga del cómodo “me gusta o no me gusta”. Que disponga de herramientas para poder juzgar con solvencia. Herramientas que pueden ser compartidas o no, pero que al menos que se puedan discutir, sobre la base de tales herramientas y no sobre un capricho aleatorio y personal del único argumento de “si me gusta o no”, añadiendo adjetivos generales que nada resuelven y que nada aportan. Monstruos, el prodigio de los dioses
ESTA WEB.
Oportunidad que yo a mí mismo me concedo con esta web, donde analizo, además, novelas y películas y aporto nociones de técnicas narrativas.
¿Qué sería de nosotros, los que carecemos de influencia y contactos, si no existieran los blogs y las webs? ¿Cómo podríamos hacer para transmitir estos humildes conocimientos si no existiera Internet?
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