LAS NUBES DE ARISTÓFANES FESTIVAL DE MÉRIDA 69 EDICIÓN 2023.
Tal vez Aristófanes no fuera la mejor opción. Claro, que no conozco el texto original, pero, según confiesa el propio programa de mano, las Nubes de Aristófanes es una obra difícil (bromas incomprensibles, dice exactamente) que necesitan de una adaptación casi absoluta.
Procede, por tanto, hacer un ejercicio de “desguace” de un texto, “incomprensible” hoy, del que se aprovechan tan solo unas migajas. Migajas que se vuelve a montar como si tal cosa. De este modo, lo que queda de la comedia original son sus restos arqueológicos. Como quien descubre cuatro piedras enterradas y sobre ellas eleva un edificio moderno y diferente. Eso es lo que sugiere Paco Mir.
Podemos decir, por tanto, que la adaptación obligada de las Nubes de Aristófanes da como resultado un 90% de creatividad de Paco Mir y un 10%, apenas un recuerdo, del texto original del autor griego. Hemos de juzgar, por tanto, la representación del pasado 26 de julio como una composición de un autor vivo.
Y, en este sentido, cuando hablamos de la adaptación de las Nubes de Aristófanes, empezamos mal. Porque tal vez no debía haberse elegido. Tal vez no se podía sacar mucha sustancia de ella.
LAS NUBES DE ARISTÓFANES, UN TEXTO CLÁSICO Y, COMO CLÁSICO, INSUFICIENTE.
Nos hallarnos ante un texto insuficiente y hay que hacerlo atractivo. Y si Aristófanes no indaga en los matices de la mentira, tema de la obra, es obligación del autor moderno plantearse indagar. Porque el respetable público desea ver algo de sustancia en escena.
El público de hoy es exigente, las obras clásicas lastran la creatividad y el público de ahora está acostumbrado a presenciar obras y textos que se suben a escena de continuo, nada es suficiente para el espectador de hoy… que les voy a contar.
DOS MODOS DE ENTRETENER.
Respecto al entretenimiento, hay dos modos de hacerlo. Con una puesta en escena vistosa, sorprendente, atractiva, plástica, distraída, (todo eso) o con un argumento bien trabado. Si son posibles ambas cosas, mejor.
ATRACTIVO ESCÉNICO. ATRACTIVO TEXTUAL.
Respecto a lo primero, Paco Mir tiene tablas. Lo sabe hacer. Ha dedicado gran parte de su vida a subirse a un escenario y tiene tomado el pulso al respetable. Pero no sé si el integrante del grupo Tricicle es, además , un avezado escritor. En Wikipedia veo que es guionista y adaptador.
ENTRETENER DESDE EL ESCENARIO O DESDE EL TEXTO.
Y el caso es que se puede entretener desde el escenario y también desde el propio. Se puede contar con una enorme gama de recursos y experiencia en el contacto directo con el público, entendiendo sus reacciones a la perfección. Es el trabajo del actor.
Pero cuando te pones a escribir se necesita otra cosa. Una cosa que sobre el escenario no se ve. Se necesita dar coherencia al relato y que la narrativa te lleve a algún lado: inicio, nudo y desenlace. Y si las Nubes de Aristófanes no tienen estructura, hay que dársela.
Consiste darle chicha a una obra desde la redacción misma. Que las premisas ofrecidas al comienzo sigan un desarrollo coherente, a ser posible con intriga, y acaben en un final lo más sorprendente posible.
LA CONSECUENCIA
Paco Mir se hace eco de lo que la obra original pretende: una crítica a la mentira. Lo consigue. Pero se nos hizo insuficiente. Hay quienes supieron ver que Paco no se preocupaba tanto de actualizar los argumentos de Aristófanes, que tan sólo sólo jugaba con el absurdo de la acción, libérrimamente. Sin embargo, otros, después de unos cuantos chistes y de unas cuantas salidas de tono y de mucho teatro sobre el teatro, echaron en falta mayor crítica, más «zacas» que pusiera en solfa como el mentiroso usa la manipulación y corrompe los argumentos para estafar y doblar el brazo a la justicia. Y no es que esto no se diera, pero se representaba las Nubes de Aristófanes a los tres días de haberse celebrado unas elecciones, donde vimos a la mentira campar a sus anchas, y la crítica se nos quedó corta. A algunos, claro. Fue ese el motivo de la insatisfacción, algo que tenía que ver con el momento, no con la factura de la obra. Algunos pedíamos más sangre.
LA DEMAGOGIA
Toda esa demagogia, tan de actualidad, de que se habla en las Nubes de Aristófanos, nos pone los dientes largos. Promete una parodia bien construida, con giros inesperados respecto a los políticos y su manipulación de la oratoria. ¡»Zascas», «zascas», «zascas»! por doquier. Con anacronismos que actualicen la parodia. Con referencias a las mentiras vertidas en la campaña. Mucho pedir, lo entiendo. Claro que, tres días después de la elecciones, poco se podía hacer. Pero condicionaba la recepción y estábamos ansiosos, por lo que la crítica ofrecida se nos quedó corta, algo muy genérico. (Es muy personal esto que digo?).
LA CRÍTICA EN LAS NUBES DE ARISTÓFANES.
Pero, aun así, hay crítica en las Nubes de Aristófanes. La crítica al cambio de género llamando “el mano” a “la mano” y cosas parecidas. Y el modo en que el hijo de Pepe Viyuela se vale de la letra de la ley para librar a su padre de la condena ante un tribunal. Y cómo estos argumentos se vuelven contra su propio progenitor. Suficiente y divertida para tiempos más tranquilos. Pero repito, que la indignación propia de las elecciones condicionó la recepción. Fue un problema nuestro (mío) ya digo. No de la adaptación. Paco Mír hizo lo que pudo con las Nubes de Aristófanes, pero tuvo la mala suerte de tratar un tema de rabiosa actualidad en unas fechas muy apropiadas, que exigían mucho a la obra… hizo lo que pudo y lo hizo bien. Muy bien, incluso.
MÁS COSAS POSITIVAS.
Paco Mir, desde el Tricicle, tiene cogido y bien atado los resortes que funcionan sobre el escenario, como decía. Principalmente en tres cuestiones.
EL ANACRONISMO.
El anacronismo como método que sorprende y gusta al público es un recurso habitual en el Festival de Teatro de Mérida. Las Nubes de Aristófanes tira de anacronismos para hacer reír.
EL DESPARPAJO
El lenguaje moderno, los dichos, el desparpajo verbal llevados hasta un extremo en que parece que las réplicas se les ocurren es ese momento, produce una sensación agradable, que se une a la sensación improvisada del teatro sobre el teatro.
TEATRO SOBRE EL TEATRO EN LAS NUBES DE ARISTÓFANES.
Por último, teatro sobre el teatro. No solo por la interrupción del fingido «ensayo» de las Nubes de Aristófanes, sino por la interrupción de la propia obra. (Aquel Sócrates subido a una escalera que pide bajarse de ella porque le duelen nos huevos.) Paco Mir es un hombre de teatro y disfruta jugando a enseñar las tripas, el backstage, lo que hay detrás del escenario. Se dirige al público, comparte escena con él, le obliga a participar, le señala, le llama “esclavos”, le anima a decir “oh”, le hace levantarse e interrumpe continuamente el ensayo de las Nubes de Aristófanes para comentar.
Mariano Peña, como fingido programador del teatro, y Cristina Almazán, como empresaria, son quienes detienen continuamente el supuesto ensayo de las Nubes para jugar, para darnos la impresión de que estamos viendo dos obras a la vez, las Nubes y el ensayo de las Nubes. Es este salto en el vacío, tan agradable, el que nos mantiene pendientes durante gran parte de la representación.
PACO MIR.
Pepe Viyuela
Paco hizo lo que pudo y lo hizo bien como adaptador. Y llevo a cabo una buena dirección y puesta en escena, de alguien que conoce el mundo del teatro, pues ambas responsabilidades recaían en Mir
PEPE VIYUELA EN LAS NUBES DE ARISTÓFANES.
Y Pepe Viyuela y Mariano Peña, —el recordado Mauricio Colmenero de Aída, (tiri tiri)— en el otro lado de la escena, llevaron el texto a su máximo esplendor.
Estos dos actores, junto con Cristina Almazán en el papel de empresaria y, en general, todos los actores, salvaron la propuesta y nos hicieron pasar una velada divertida.
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