En este guión, concretamente, se realiza una tarea narrativa interesante, apoyado en la personalidad extravagante y única de Steve Jobs, en su doble moral, en su carácter fuerte, en su genialidad, en su

modo de actuar, en su falta de humanidad, de escrúpulos, en su convicción, en su fuerza interior para alcanzar aquello que se propone, en su condición visionaria. La película de 2013 funciona de una manera impresionante apoyada en el personaje. Es el personaje quién sostiene toda la historia y este modo de ser tan fuerte y efectivo. Fuerte y efectivo desde el punto de vista de personaje y de persona, pero me interesa de qué modo se ha sabido crear como personaje fuerte. Steve Jobs es uno de esos seres que tomados como material narrativo constituyen una sólida viga para cualquier historia. Con lo cual, el guionista cuenta ya con una gran ventaja. Y con Steve como base, se construyen en el resto de personajes que no sólo le sirven sino que le acompañan en esa trayectoria vital, en la construcción de la empresa Apple.

EVOLUCIÓN DEL ARGUMENTO

Todo gira en torno a su persona y la personalidad y los cambios argumentales que son provocados por el protagonista. Es el protagonista quién provoca los cambios argumentales y cuando un acontecimiento sucede sin su intervención, él modela la realidad para actuar, no reaccionar. Los personajes débiles

desde el punto de vista narrativo, reaccionan, es decir, se dejan llevar, son víctimas de ellos se adaptan al acontecimiento y siguen la estela de dichas circunstancias. Actúan según esas circunstancias. Los personajes fuertes, como Steve Jobs, intentan cambiarla la realidad sobrevenida que les disgusta y toman decisiones no adaptadas a esa realidad para conseguirlo. Y constantemente vemos como Steve Jobs toma decisiones inusitadas, lucha, no se amolda y eso le hace narrativamente imprevisible e interesante. Actúa incluso de una manera cruel en ocasiones. Todo ello contribuye a crear un film efectivo, fuerte, dinámico, entretenido, con un gran músculo interior.

LAS ACTUACIONES

Las interpretaciones de Kutcher y los frikis que le acompañan, así como de otros secundarios, son solventes. Desde Arthur, el directivo gris e incrédulo, conservador y rancio, que le hace la vida imposible, pasando por su amigo gordito, o por su mujer, todos están perfilados, diseñados, dibujados con fuerza y con garra. Ninguno pasa desapercibido. Pese a la gran personalidad de Steve Jobs, los otros no se desdibujan ni se difuminan, no son tragados por el protagonista absoluto, otra gran virtud del filme.

LA FACTURA, EL DESARROLLO

El desarrollo de las distintas escenas, lineal, avanza sobre la historia de una manera firme, sin distracciones, con subtramas que se adaptan perfectamente al eje principal y con un eje principal que nos interesa. La creación de Apple y su modo de ocupar un espacio imprescindible en el mercado de

los ordenadores y la informática nos interesa. Su lucha contra IBM, contra Bill Gates nos interesa, son elementos culturales de nuestros días que atraen por sí mismos. Sólo había que trazar una argumento sólido y de factura nítida para interesar y esto se ha hecho con gran solvencia.

UN VALOR AÑADIDO PINTORESCO

Un pequeño detalle a destacar es toda la parafernalia de ordenadores viejos que en su día fueron el último grito y que hoy se ven con simpatía. Presentar a ese es el mundo de trastos como si fueran la última moda, resulta chusco y nos hace sonreír, aporta un valor añadido impagable a la película.

EL FONDO MORAL

Por último, la película cuenta con un una virtud por encima de todas estas, el debate entre los espectadores que necesariamente se plantea una vez vista. Si no tratara de ordenadores, si fuera otra la empresa, todos coincidíamos en que el tal Steve Jobs es un tiburón de las finanzas que puso por encima de lo moralmente correcto, del amor hacia los demás, del respeto que negó a los que le rodeaban. Puso el triunfo empresarial por delante de cualquier otro tipo de ética. Hay que decir que Jobs es una película valiente que no intenta santificar al creador de Apple, sin que enseña sin pudor sus luces y sombras, su genialidad pero también sus miserias. Tanto en sus actos como en los diálogos, no las tenemos sobre la calaña del personaje.

Su calaña sería indiscutible si no fuera Jobs, pero se trata de Steve Jobs, de los Mac, de los ordenadores Macintosh, de la casa Apple, y todos adoramos lo que ha aportado a nuestra forma de entender la sociedad hoy. Estos mismos post son víctimas, entre otros, de este tiburón y tiburones similares, tiburones que en su día fueron jóvenes idealistas de mayo del 68 y que finalmente se convirtieron en los mayores piratas financieros mundiales. Pero crearon los ordenadores. Y la película está plagada de frases cargadas de fuerza moral, ética, de fuerza antimoral y antiética, de reflexiones capitalistas y humanas, de actitudes de Steve Jobs y de los demás respecto al modo de actuar dentro de una empresa y fuera de ella, está llena de consecuencias humanas y de servidumbres a cambio de una idea, de una visión, de una genialidad, y todo ello provoca en el espectador que ha visto con otros amigos esta película, en casa o en el cine, inevitables discusiones sobre la necesidad o no de sacrificar a otras personas para defender una idea, de ser un capullo para salvar una empresa, de privilegiar lo humano en contra de un proyecto o al revés, de ser cruel para llevar a buen término un proeycto. Probablemente, muchos hayan acabado, tras ver la película, hablando de esto. El propio Steve Jobs, a través de sus textos, probablemente haya inspirado las reflexiones de que se plaga esta película y que ayudan el debate posterior. Entre ellas, esa idea última acerca de las dos opciones que tenemos, o adaptarnos a lo que nos dan o crear nuestras propias reglas.

En definitiva, una película hecha con ganas, ganas de discutir, ganas de plantear conflictos, admiración o atracción por el personaje y desarrollada con mucha fuerza. Valoración: 8