uHANovela antigua y novela moderna.
En los últimos tiempos, abundan las novelas policiacas cuya estructura se acerca, sospechosamente, al modo cinematográfico de construir la narración. Ello se debe a tres motivos principales.
PRIMER MOTIVO. LA COSTUMBRE DE VER CINE.
El primero de ellos es porque el modo de entender la narrativa en la actualidad es más cinematográfica que literaria. Construir una novela cuyas escenas sugieran imágenes físicas muy distintas unas de otras y, a ser posible, espectaculares se ha convertido en una prioridad para los novelistas.
Una escena con excesivos diálogos y personajes sentados durante mucho tiempo, por interesante que sea dicho diálogo, no interesa. El diálogo debe desarrollarse, por descontado. Pero debe insertarse en una escena que ponga en la en los ojos del espectador un escenario y una acción determinada.
UN EJEMPLO DE NOVELA ANTIGUA.
En una novela redactada a la antigua, un inspector de policía quiere contratar a un agente muy bueno. Le llama a su despacho y conciertan que, a partir de ahora, formará parte de una investigación en curso. El policía entra en el despacho del inspector, se sientan y tienen una charla.
UN EJEMPLO DE NOVELA MODERNA. LA MISMA ESCENA.
Hoy en día se necesita algo más. Esto se escribiría así:
El agente que ha de ser contratado, aparece en una escena donde aún no sabemos que es policía y que tiene una reyerta con su cuñado, al que deja medio lisiado a base de golpes por maltratador. Se describen los golpes, se describe la situación, aparecen los testigos que se escandalizan, la escena es vistosa. Llega a la policía, el agresor es detenido y, cuando está encarcelado, el enigma se resuelve:
Recibe la visita de la inspector, que le propone entrar en su grupo de investigación. Es entonces cuando descubrimos que es policía, y no antes, creando una sorpresa. Una imagen que se queda en la retina. Más física, con acción, propia de la imagen, de las películas, que facilita la lectura y anima a seguir. Es, en definitiva, una escena más cinematográfica basada en la imagen. Y sin embargo, estamos hablando de una novela.
UN EJEMPLO SACADO DE…
Y sí, además, el agente que va a ser contratado es un gitano, destaca por su originalidad. Es una característica muy especial que no se había dado antes en un policía. Responde a una recomendación de Blake Snyder, en ¡Salva el gato!, donde aconsejan llamar la atención, con un rasgo único, a los personajes que van a intervenir en la acción. Tuerto, cojo, manco… o gitano. Una acción narrativa cinematográfica, por descontado, que es lo que el lector actual reclama.
(La escena que digo aparece en Indira, la tercera entrega de la serie de novelas de Santiago Díaz Cortés)
SEGUNDO MOTIVO. LAS PLATAFORMAS.
El segundo motivo de por qué las novelas de hoy se parecen tanto a la narrativa cinematográfica es porque se ven más películas que se leen novelas. Quizás se deba a las plataformas. Una de las explotaciones de las novelas está en esas plataformas. Se han multiplicado por diez y reclaman llenarse de contenido y, para ello, acuden no solo a guionistas profesionales, sino también a novelas que puedan adaptarse al cine. Es por este motivo comercial por el que se escribe diferente a como se escribía hace 30 años.
LA NOVELA MODERNA Y LA SUBLITERATURA.
Se puede establecer una discusión sobre la subliteratura, cuestión que los que ya peinamos canas aprendimos en nuestra juventud. Por aquel entonces, cuando la técnica de hoy día no existía, (o no era tan popular) los que dominaban el cotarro eran viejos escritores a la antigua usanza que abominaban de las historias que apelaban a los instintos más rudimentarios y básicos del ser humano. Era -y es, hay que reconocerlo-, un truco fácil para llamar la atención.
Aquellos escritores antiguos pretendían que la literatura fuera algo más. Que no se quedara en satisfacer esos bajos instintos. La supervivencia, la familia, los hijos, el peligro que corre tu descendencia, el amor, instinto de reproducción y de futuro, la supervivencia de la especie y todo tipo de asuntos relacionados con dicha supervivencia. El peligro de muerte, huir de un asesino y similares pulsiones elementales se rehuían en la alta literatura. La literatura debía ser algo más.Novela antigua y novela moderna.
UNA LITERATURA MOVIDA POR PULSIONES ANTROPOLÓGICAS
Se podía aludir a estas pulsiones, sí, pero la literatura era la encargada de su sublimarlas, de intelectualizarlas, de trascenderlas. Se pretendía tal cosa y por tanto se creó el término “subliteratura” para referirse a las historias que se quedaban en la superficie. Y no solamente en la superficie. Se regodeaban en lo más turbio y espectacular de ellas para conseguir atraer a un público lector de clase media baja no especializado.
Y, ciertamente, pasado el tiempo se ha demostrado que tenían razón, aunque muchos autores de subliteratura hayan quedado para la historia. Pero otros no, como don Rafael Pérez y Pérez.
Era un tiempo más elitista y los lectores -supuestamente cultos, unos más que otros-, imponían sus normas.
Hoy la subliteratura se considera tan noble como la alta literatura. Hoy se prestigia la novela romántica y policiaca. No se abomina de ella, como se hacía antes. No se la considera una literatura menor. (¿Será porque se necesita producir en masa y con la subliteratura es más fácil? ¿Es por eso que se intenta presentar como literatura de calidad, para hacerla un hueco en la cultura por motivos puramente económicos?)
Hoy en día es tan válida como otra cualquiera.
TERCER MOTIVO: LA FORMA DE VIDA ACTUAL.
Lo cierto es que, -y aquí introduzco la tercera cuestión-, la novela policiaca y la romántica tiene más características que lo acercan al relato cinematográfico que a otra cualquiera. Se debe a que el lector no solo ha cambiado, por sus costumbres de ver cine, y eso le lleva a apreciar una narrativa diferente. Es una narrativa más visual, con escenas cortas, obligadas a contar una historia completa en hora y media y, por tanto, obligadas a condensar el contenido de » lo que pasa » en unos trazos gruesos.
Hoy, la novela se hace eco de ello y debe hacerse del mismo modo, si se quiere adaptar la historia al lector actual y a cómo la concibe la narrativa.
No solo eso. El tercer motivo es que el lector actual lleva una vida más agitada. Tiene menos tiempo y más distracciones. Novela antigua y novela moderna.
HACE MUCHO TIEMPO, EN UNA GALAXIA MUY LEJANA…
En su día, incluso hace 40 años, solo había dos cadenas y se iba al cine los domingos, con lo que el ciudadano tenía más tiempo para leer y estaba menos acostumbrado a la narrativa del cine.
Otra cosa es que leyera, pero el que lo hacía tenía más paciencia y aguantaba mucho más una historia larga y profunda, que avanzaba más lentamente. La vida era más sosegada y las distracciones, menores.
No había televisión, no había Internet, no había teléfonos móviles. Todo eso ha condicionado el modo de escribir hoy día.
Además, la producción literaria y la aparición de autores se ha multiplicado por diez, por veinte, gracias a los nuevos sistemas editoriales que facilitan la edición.
Hay más mercado, hay más producción, más oferta… más novelas y tienes que ser muy entretenido para que te lean.Novela antigua y novela moderna.
Todo ello contribuye a la aparición de la novela cinematográfica. Ahora es todo mucho más visual.
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