Regresa Verbo teatro, la Compañía de Fernando Ramos, al Festival de Mérida en su 69 edición con Los Gemelos, una obra de gran éxito en su repertorio. Grandes satisfacciones les han dado a la Compañía, de las más importantes de la Comunidad Autónoma, esta maravillosa obra que acierta de lleno en numerosos aspectos. Aspectos que suelen ser importantes y garantizan el triunfo de una obra. Mucho más cuando ese acierto es en todo. En todos los aspectos, que se apoyan unos en otros para dar un resultado inigualable. Entonces se logra el pleno, cosa que se puede ver en los Gemelos de Plauto.
Veamos cada uno.
EL LIBRETO DE LOS GEMELOS DE PLAUTO
Para empezar, un buen libreto. Sin un buen libreto, no hay nada que hacer. Y el público de hoy en día disfruta con versiones actualizadas. Anacronismos, referentes al mundo del circo y de los payasos, juegos de palabras, arquetipos como el tonto y el listo, registros de voz y personajes extravagantes y divertidos. De todo ello se nutre el libreto. Acierta ya desde su origen en papel: toda una serie de personajes y situaciones de vodevil, casi infantiles, en la que se asentará la actuación.
LOS PERSONAJES EN LOS GEMELOS DE PLAUTO.
Y uno de esos aciertos son los personajes. Los criados, contrahechos, encorvados, marcando así la diferencia con sus amos, erguidos. Es ya una diferenciación visual de primera magnitud. Un contraste muy divertido.
LOS CRIADOS EN LOS GEMELOS.
Angustias, la criada de Erotia y Migaja, el criado de Marco, se enamoran o algo parecido, tal y como suele ser tópico típico del teatro del Siglo de Oro. Florian Recio, el autor, tira de este lugar común, para que nos sintamos cómodos reconociendo las coordenadas.
LOS PERSONAJES. LOS AMOS EN LOS GEMELOS.
Pero si en las obras del XVI los amos tienen una dignidad y no son cómicos hasta el siglo XVIII, en los últimos coletazos del género, Florian Recio cambia el chip y nos remite al personaje de circo. Los payasos de circo, el blanco y el rojo, el Augusto y el clown, son reinterpretados en Los Gemelos de Plauto muy libremente por Florian. Porque, aunque se inspira en ellos, rechaza adaptarse por completo a las características que les son propias. Así, la gracia del tonto y el listo, del payaso que le hace la jugada al payaso de las bofetadas, se reducen a la relación argumental, en la que podemos ver reminiscencias de este efecto cómico.
EL GÉNERO CIRCENSE.
Porque uno de los recursos más efectivos para que una comedia teatral tenga éxito, es convertirla en un show circense, de la que también beben los espectáculos de humor. Ese aire circense fluye por toda la obra, que se puede disfrutar como si se tratara de un espectáculo infantil, donde el público percibe la alegría, la parafernalia escandalosa y las bromas y juegos pueriles de los payasos.
Gestos singulares, personajes de farsa que son vistos con alegría y optimismo. Los Gemelos de Plauto transmiten estas sensaciones.
LA BANDA DE PLAUTO.
Complementa la actuación, una banda musical payasesca que anima el cotarro. Alegría, felicidad, tal como ocurrió en pasadas ediciones con Golfus de Roma, la obra también circense que se presentó en 2021. Y es que el Festival cuenta con un atractivo seguro al versionar comedias, al modo de espectáculos circenses. Es un subgénero comercial que funciona siempre, fácil de usar y de buenos resultados. Hasta ahora.
EL BLANCO Y EL AUGUSTO
El CARABLANCA.
El personaje de Marco, interpretado por Fernando Ramos, de algún modo es el que sufre la inconveniencia de la llegada de su hermano, que cuya aparición desbaratará sus proyectos.
Fernando Ramos ejerce de tonto, porque es un hombre casado que le pone los cuernos a su mujer y la llegada de su hermano solo le traerá perjuicios. Ignorante de que está siendo suplantado, se desesperará, por las evoluciones que sin saberlo hace su gemelo en contra suya.
EL AUGUSTO EN LOS GEMELOS, DE PLAUTO.
En contraposición, el que llega en busca de su hermano se encontrará con una serie de ventajas, debidas a la confusión de sucesos, lo cual ocasionará la relación conflictiva humorística clásica.
Como buen payaso rojo, el segundo gemelo tendrá una actitud cómica desmesurada y divertida. Alegre, socarrona, irónica, despreocupada, con todos aquellos alardes y gajes de comedia que nos divierten tanto, en un payaso de este tipo. Dicho personaje, interpretado por Esteban García Ballesteros, es el pilar fundamental de la gracia de esta comedia.
La gran actuación de Ballesteros será el sostén, la viga maestra del éxito de los Gemelos de Plauto, de Verbo teatro que, apoyado por el libreto de Florian Recio, no deja un momento de respiro al espectador.
Cada frase, cada dos frases o como mucho tres, supone un juego de palabras, una salida de tono, un chiste bien construido, generalmente verbal, que nos hará reír sin descanso.
EL CHISTE EN EL LIBRETO-ADAPTACIÓN DE LOS GEMELOS DE PLAUTO DE VERBO TEATRO.
Los chistes se suceden de una manera vertiginosa. Cada uno de ellos está cuidado al máximo y ninguno deja de sorprender. Todos son buenos o medianamente buenos.
Cuidando el chiste y, a la vez, siendo vertiginosos en el encadenamiento de los mismos, se logra el éxito.
Además, no se pierde el sentido de la obra. Es un argumento muy simple que se enriquece con los chistes verbales y que, al ser tan sencillo de entender, permite que la gente se recree en dichas gracietas, sin perderse en la historia.
Así, resumimos los tres aciertos fundamentales.
1.- Chistes cuidados.
2.- Chistes continuos, sin parar.
3.- Un argumento sencillo que permite al actor centrarse en el chiste y disfrutarlo, sin perder de vista la historia.
4.- Podríamos añadir una característica más, como es el reparto, psicológicamente diferenciado en su personalidad y su aspecto físico, desiguales unos de otros y vistosos todos.
LOS ANACRONISMOS EN LOS GEMELOS DE PLAUTO.
La versión de Florian Recio toma el argumento de los Gemelos de Plauto y elabora un libreto completamente nuevo de esta comedia. Y se enriquece de anacronismos, algo muy típico de las versiones que suelen llegar al festival. Sin los anacronismos, las comedias clásicas no son tan efectivas.
Las referencias a la política y a la más rabiosa actualidad, incluyendo chistes que remiten a acontecimientos cercanos en el tiempo, de hace dos o tres semanas, tan solo, divierten y provocan aplausos.
También referencias a problemas locales como el incendio de una churrería en la estación de autobuses, referencias al reelegido alcalde Antonio Rodríguez Osuna y a las obras en las calles de Mérida. Ello nos indica que la representación es está dirigida, en parte, a un espectador local y regional.
Se puede tomar el pulso, incluso, a la política actual por el volumen de los aplausos de una ciudadanía arrojada al borde de la piscina de las elecciones. A destacar chistes sobre Guardiola, Vox, la bandera del orgullo gay…
OTROS ANACRONISMOS.
Tambien anacronismos musicales como la banda sonora de “la gran evasión”, o incluso la serie Marco, con que nos sorprendían a menudo, provocando un choque muy agradable.
El desfile de la banda de Plauto, marchando con cornetas y trombones, en fila india detrás de Migaja y chocándose unos con otros cuando Migaja se detiene es un efecto cómico de slapstick mil veces usado y que continúa haciendo gracia.
Una revisión de efectos de la comedia circense la tienen en el artículo que dedique en su día a Golfus de Roma, cuyo link tienen abajo.
LA PUESTA EN ESCENA.
Con solo cuatro cubos, los personajes entran y salen de bastidores y, pese a ello sabemos perfectamente en qué lugar nos encontramos en cada momento. Un libreto tan eficaz es capaz por sí solo, mediante la palabra, de situarnos en un lugar distinto sin necesidad de que los personajes den un par de pasos siquiera para cambiar de ubicación. El libreto ya lo hace por ellos. Los cambia de sitio de inmediato haciendo aparecer y desaparecer a personaje diferentes.
De ese modo, y gracias también a un argumento sencillo y a que nos atraen la cantidad de chistes buenos y encadenados, el cambio de decorado se hace innecesario. Fernando Ramos es consciente de que tiene entre sus manos un guion excelente y reduce al mínimo la escenografía.
LA DIRECCIÓN
Sin duda alguna, en la puesta en escena de los Gemelos, ayuda el trabajo de dirección de actores así como la dirección escénica.
Paco Carrillo es consciente de que la escenografía puede y debe ser minimalista, de que el libreto de por sí ayuda a situar a los personajes en la casa de Marco con su mujer, en el mercado o en casa de Erótia sin necesidad de un decorado diferente en cada ocasión. El libreto puede con todo.
También la mecánica perfecta del texto, abandonando el chiste y la situación en el momento oportuno, antes de que cansé, y pasando al chiste siguiente, ayuda a llevar a cabo una dirección fresca.
También la diversidad de personajes, como ya he dicho, de características muy diferentes unos de otros, se refuerza porque la dirección escénica y de actores contribuye de un modo enriquecedor al resultado. Bien movidos y bien perfilados.
LOS ACTORES
Personajes de vodevil, de farsa, una gestualidad expresionista y divertida, contrahecha en los criados, rígida en el personaje de Andrea pero con una voz hilarante. Una personalidad payasesca en el personaje de Marco II, el gemelo que llega en busca de su hermano… todo ello se enriquece con unos cambios de registro igualmente expresionistas y espectaculares.
El contraste tan divertido de una Andrea irritada y, sin embargo, sosa en su expresión hasta límites ridículos, causa sensación.
Más allá del guion, el acierto de encontrar en Andrea este registro, es un hallazgo con el que, imagino, tanto la actriz como el director se lo han pasado pipa, buscándolo y poniéndolo en práctica.
De igual modo, Esteban G. Ballesteros, tan parecido en su forma de actuar a Leo Harlem, sobre todo la parodia que hace cuando es poseído por distintos personajes en su invocación a Baco, con movimientos que le hemos visto hacer al famoso humorista, de igual modo da rienda suelta a su vis cómica natural para hacer las delicias del público.
Migaja, Angustias y de igual modo Erotia, con su acento andaluz, tan parecido al de Lola Flores, utilizan voces y cambios de registro muy divertidos y diferenciados.
CONCLUSIÓN
Todo ello hace de Los Gemelos, de Plauto, en esta versión de Verbo teatro, un gran acierto en todos los sentidos, tanto en personajes, perfiles, mecánica del guion, chistes buenos, anacronismos adecuados, limpieza argumental y sobre todo buen rollo entre los que intervienen en la creación. Transmiten que se han divertido. Eso por encima de todo.
Son razones que explican el éxito de esta comedia, motivo por el cual dura ya diez años en escena. Y lo que les queda.
Enhorabuena a Verbo teatro por el acierto en todos los aspectos de esta estupenda creación. No me extraña nada que, cuando pase un tiempo, el público quiera volver a verla y repita, aunque sea una comedia ya vista. Porque, ciertamente, te diviertes cantidad.
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