Existe hoy día un gran interés en encontrar lectores y en acercarse a un lector mayoritario Las otras niñas opiniones
Considero que esta novela puede servir a los escritores aficionados, ya sea publiquen con una pequeña editorial, o incluso si autopublican, con la idea de encontrar lectores. Un lector medio que no tiene una gran cultura literaria ni tiempo para entretenerse en florituras. Ni paciencia, dicho sea de paso. No disfruta con la gran metáfora ni con sutilezas que puede no llegar a comprender, sino con la acción.
En este sentido, “Las otras niñas” es un caso paradigmático en el que fijarse si se quiere escribir un thriller policiaco y de acción de buena factura.
Pasemos a analizarlo, como siempre destripando el argumento puesto que es necesario para elaborar el análisis.
LA ELECCIÓN DEL TEMA.
La novela trata tres temas a la vez.
Dos de ellos se refieren al equipo de policías que investiga dos crímenes. Uno posible, otro más que evidente.
El tercer tema es el más polémico de todos. El que ha dado lugar a que la novela sea criticada por este particular. Y es que la tercera trama policiaca versa sobre Antonio Anglès, el asesino de las niñas de Alcàsser. El criminal más buscado del país, aunque ya haya pasado tanto tiempo desde que cometió sus delitos, que estos están a punto de prescribir. Prescriben en 2029, según dicen.
EL TRUE CRIME
La polémica surge por esto. ¿Es lícito hacer más famoso aún a un delincuente real en una película o novela? En esto se basa el género del true crime, en no tener escrúpulos y utilizar casos reales. Pero, ¿es licito tratar como mito “inmortalizable” a un asesino que probablemente esté aún vivo, en una obra de ficción? ¿Hasta qué punto es lícito usar este truco barato para atraer lectores?
Realmente, es una polémica que alcanza a todo un género. Las otras niñas opiniones
ANTONIO ANGLÈS, USADO PARA ATRAER LECTORES.
Buscando novelas famosas que se han basado en historias reales para atraer lectores, vemos que “Las otras niñas” no es un caso excepcional. El género del “true crime” está muy extendido. Desde A Sangre fría de Truman Capote a series varias de TV como El caso Anabel Segura, Los Invitados que cuenta el crimen de Los Galindos, El crimen de Cuenca, Crimen en familia sobre el caso de la “Dulce Neus” o más recientemente el caso Wanninkhof o el cuerpo en llamas, sobre la mujer policía Rosa Peral. Novelas y películas sobre personajes conocidos como Tutankamón, Jack el destripador o incluso Jesucristo. Tramas inventadas y hechos apócrifos se han usado abundantemente. Llaman la atención, ya por la propia temática en sí, antes de abordarlo como narrativa.
¿Hasta qué punto es condenable una novela cuyo personaje es Jesucristo? ¿No atenta contra las creencias de una religión mayoritaria? ¿Acaso no se revuelven en su tumba las víctimas del destripador o los descendientes de sus víctimas, si viven, con todas las novelas que se han escrito acerca del desconocido asesino? ¿No quedará puesto en evidencia y arrastrado su nombre por el barro el sargento maltratador del Crimen de Cuenca, de la película de Pilar Miró?
No seamos como los integristas que tuvieron la paciencia de atentar contra Salman rústico en agosto de 2022 porque insulto a Mahoma en su novela. Las otras niñas opiniones
SIN EMBARGO…
Pero cierto es que utilizar a Antonio Anglès como reclamo para que te lean es un truco barato que, pese a todo, da muy buenos resultados. Es un truco para atraer lectores utilizar a estos personajes. Lo lleva el propio género.
Pero es mucho más barato utilizar a Antonio Anglès, por su cercanía en el tiempo. Qué duda cabe.
En fin, que me tenía que manifestar sobre este género tan amarillista.
Pasemos ahora a la crítica puramente técnica desde el punto de vista literario.
La obra merece ser analizada con objetividad y seriedad, sin estar mediatizado por la “trampa” usada por Santiago Díaz en “Las otras niñas”. Porque es una obra buena, -con matices-. Es importante que atendamos a los trucos utilizados en “Las otras niñas”, más allá del uso de un personaje famoso. Las otras niñas opiniones
LAS TRES TRAMAS.
Como digo, hay tres tramas.
Santiago Díaz es un guionista y aplica uno de los recursos más habituales del cine en “Las otras niñas”. Consiste en alternar tramas.
La trama de Indira, sus problemas personales, su obsesión por la limpieza, su odio a la sociedad, producto de una mala experiencia, que tendrá su función en la novela. Las otras niñas opiniones
Por otro lado, su hija y por otro su dilema sobre los dos hombres que aparecen en su vida, será la primera de las tramas.
La segunda trama es el recorrido que Antonio Anglès hace desde que mata a las niñas de Alcàsser hasta la actualidad. Santiago Díaz se inventa una huida por distintos países y una vida imaginaria en Argentina y en España de nuevo.
La tercera trama es la de Lucía Navarro, la cual ha matado a un arquitecto con el que mantiene una relación sexual. Lo ha matado por error, aunque luego descubre hay mucho más que un error tras esa muerte.
Cada trama se interrumpe dando paso a las otras y alternándose de una manera dinámica y amena.
Es un recurso sencillo que ayuda a dar agilidad a “Las otras niñas”. Dedica un capítulo breve a cada avance, dejándolo interrumpido con un cliffhanger y pasando a otra historia o recuperándola, hasta dejarla también interrumpida. Así consigue ir avanzando con las tres a la vez, evitando cansar al lector.
EL LECTOR DE HOY DÍA.
El lector de hoy día no aguanta mucho tiempo escuchando una sola historia. La televisión, los anuncios, el zapping y ahora Internet. Tik toks, vídeos cortos, de un minuto y fotos que aparecen y de inmediato desaparecen ante nuestros ojos nos han acostumbrado a una recepción ligera, sin complicaciones, sin exigir de nosotros la mínima concentración y reflexión. Incluso el teatro se ha contagiado de esto mismo. Existe lo que hoy se llama “cadencia moderna”, consistente en ir muy rápido, soltando letra con gran verborrea, porque el mundo es ágil, agitado, y lo que exige mucho detenimiento, se desprecia.
Es por ello que los capítulos de las novelas son cortos. Van al grano. Son espectaculares. Aportan mucho en cada momento.
EL LECTOR DE LAS OTRAS NIÑAS opiniones
Esto define el ritmo y la estructura de “Las otras niñas”, de Santiago Díaz. Un ritmo acelerado, con mucha tensión en cada uno de los capítulos. Escenas cortas. Escenas dinámicas.
Personajes significativos, que se quedan en la memoria. Escenas que suceden y que son, en cierta medida, espectaculares. Con la espectacularidad, eso sí, que admite la verosimilitud. Pero se llega hasta el límite sin caer en el error de que parezca irreal lo que sucede. Y en esto hay que hacer un inciso.
“LAS OTRAS NIÑAS” COMPARADAS CON OTRAS NOVELAS.
El acierto… yo diría que el gran acierto de Santiago Díaz es lograr inventar unos argumentos, el de Indira, el de Lucía Navarro y el de Antonio Anglès, que sean creíbles. Y no solo creíbles, sino verosímiles de igual modo en su desarrollo.
Haré aquí una comparación, con spoiler incluido, con la novela de Eva García de Urturi “El silencio de la ciudad blanca”. Porque no es lo mismo inventar que una mujer ha tenido gemelos de un embarazo múltiple, y que “viaje” en el mismo útero un tercer gemelo, -trillizos ya-, producto de las relaciones de esta mujer con su amante, y hacerlo pasar por verosímil.
Fértil, la buena señora.
El planteamiento ya es de por sí difícil de digerir.
Si además, ese tercer gemelo, o trillizo, sea pelirrojo y los otros dos morenos… que se convierta en un asesino, que utilice los rituales locales para simular la culpabilidad de los otros dos hermanos… rocambolesco, cuando menos. La idea inicial no es buena. Da la sensación de que estamos tragando Quina Santa Catalina.
La “suspensión de la incredulidad”, tan necesaria cuando se trata de ver ciencia ficción, se nos exige de igual modo para este tipo de “tramas negras” policíacas, sacadas de madre, que pueden estar bien contadas, como es el caso de “El silencio de la ciudad blanca”, pero que nos obliga a hacer un esfuerzo innecesario. Innecesario porque la trama podía ser otra, más ingeniosa, es decir, más verosímil.
“LAS OTRAS NIÑAS””, UNA TRAMA SENCILLA, ANTONIO ANGLÈS.
Es importante construir una trama sencilla y verosímil y no abusar del lector porque puede abandonar la lectura si la trama es demasiado irreal. Es un consejo para escritores sin mucho recorrido y también para lectores, a la hora de emitir un juicio. Que Antonio Anglès haya escapado en un barco es creíble porque es una posibilidad que se barajó en la realidad y eso lo hace creíble. En su día se sospechó que, en realidad, que pudiera haber sido así y eso lo hace plausible para el lector.
Que huya después en un avión, escondido entre la carga es verosímil. Es algo lógico en alguien que huye. Ya lo hizo en la realidad en aquel barco.
Que llegue a Noruega y se esconda en casa de un anciano con otro nombre haciéndose pasar por español, verosímil también. No exige mucho esfuerzo del lector. Puede ocurrir en realidad. Hay una lógica en esa trayectoria.
Que le llame la atención una niña y vuelva a matar, verosímil. Se cree que, en realidad, pueda haber sido el responsable de otras desapariciones de mujeres en el extranjero.
Que huya de nuevo a Canadá, que mate por odio, por envidia, por una serie de defectos psicológicos creíbles, verosímil. Verosímil que acabe en Argentina y que vuelva a España. Se baraja la posibilidad de que hubiera viajado a Brasil, donde tenía familia.
PERO EL SILENCIO DE LA CIUDAD BLANCA NO ES VEROSÍMIL. Las otras niñas opiniones
Menos verosímil es que Antonio Anglès tenga aficiones lectoras, porque no cuadra con lo que pensamos de Antonio Anglès. Pero entra dentro de lo posible. No son tres gemelos nacidos del mismo vientre y de distintos padres en un planteamiento ginecológico bastante complicado. Por muy posible y verdadero que sea, suena raro. Hay cosas posibles que no son creíbles y cosas imposibles que si lo son. La realidad y lo que parece real no siempre coincide.
VEROSIMILITUD EN LAS OTRAS TRAMAS.
HEROÉ CON DEFECTO
Las otras dos tramas de “Las otras niñas”, de Santiago Díaz, ofrecen igualmente verosimilitud en su desarrollo. Indira Ramos, la inspectora a la que ya vimos en “Un buen padre”, la novela anterior de Santiago Díaz, se nos presentó como una mujer enferma de toc, trastorno obsesivo-compulsivo, por la limpieza. De igual modo aquí se nos presenta con tal defecto, lo cual caracterizará su personalidad e influirá en la historia.
EL DEFECTO TIENE SU FUNCIÓN EN LA HISTORIA.
Concretamente, en el modo de capturar a Antonio Anglès en la escena final que se desarrolla, como no, en una cloaca. Lo cual se relaciona con el TOC de Indira.
El autor aprovecha esta dificultad de la heroína para ponerle en un brete.
Pese a que los narradores deben poner al héroe en una situación extrema para que la novela interese, no chirría, porque en ella se anticipaba que tenía este defecto. Aunque, si observamos, parece muy oportuno que la historia se desarrolle con la huida de Anglès por una cloaca.
EL DEFECTO PUESTO A PRUEBA EN LAS OTRAS NIÑAS opiniones
Si el héroe es cojo, deberá capturar al villano tras una carrera. Si es tartamudo, deberá capturar al villano dando una conferencia. Y así sucesivamente. Es “obligatorio” que el defecto que caracteriza al héroe suponga una prueba final para resolver el caso. Y que además de la trama, el héroe resuelva un problema de superación personal. En este caso, Indira ha de superar su asco y su trastorno obsesivo-compulsivo por la limpieza al desarrollarse el tramo final de la historia en las cloacas de la ciudad, al modo del tercer hombre.
Ello evita que la heroína sea una “peggy sue”. El héroe o heroína debe tener defectos que nos ofrezcan luces y sombras, y den volumen a su personalidad y no los presente como “planos”
LA TRAMA DE LUCÍA NAVARRO EN LAS OTRAS NIÑAS opiniones
Nos llama la atención, de igual modo, la construcción del personaje, también con relieve, de Lucía Navarro, al igual que se había trazado el perfil de Indira Ramos. Personajes diferentes y bien contrastados, es el acierto de Santiago Díaz del que debemos aprender.
Lucía Navarro es más joven, más fuerte, más sobria, y poseedora de una moral policial a prueba de bomba. Sin embargo, en su vida personal se arriesga. Está en una plataforma de contactos y tiene la mala suerte de contactar con un amante al que mata por error en una aventura sexual. Las otras niñas opiniones
No nos chirría que esto pase, dado que previamente Santiago Díaz ha tenido la prudencia de contar cómo es el personaje y todo lo que hace cuadra con su personalidad. Tanto meterse en el mundo de los contactos sexuales como llevar a cabo dichos contactos con una agresividad y dureza policial, cuadra con su personalidad fuerte, decidida, de una persona que vive al límite y que, como nos tememos, va a pagar las consecuencias de ese estilo de vida.
EL PROBLEMA MORAL DE LUCÍA NAVARRO EN LAS OTRAS NIÑAS opiniones
El arquitecto Héctor Ríos sacrifica a su amante desconocida a cambio de su mujer paralítica. Provoca su propia muerte y finge que ha sido un crimen, utilizando de conejillo de indias a la propia policía.
Lucía se topa, así, con la tragedia. Es homicida y víctima a un tiempo. Una opción discutible, la de Héctor Ríos, pero está guiada por el amor.
Vamos a ver aquí una característica fundamental de las novelas de Santiago Díaz. Y es su predilección por las escenas que contienen una doble moral. Las otras niñas opiniones
Plantea cuestiones difíciles al lector. Plantearle al lector una buena trama con una duda moral interesante, atrae. Santiago Díaz está dando al lector algo más que acción: le obliga a intervenir, a opinar.
La novela también tiene que hacernos recapacitar sobre situaciones polémicas ideadas por el autor. No solo se trata de contar la historia y ya está. Se trata también de causar polémica.
Pese a que las decisiones de los personajes se decanten por una opción, siempre debe quedar la duda de si han actuado correctamente. Nosotros nos vemos obligados a juzgar, a opinar, a medida que leemos.
Héctor Ríos ama a su mujer. Ha sido inmoral por un motivo justificado. Tras el accidente, Lucía se da cuenta de ello. La han engañado. Se han aprovechado de ella.
LA DOBLE MORAL EN “LAS OTRAS NIÑAS”. Las otras niñas opiniones
La sorpresa es que, de forma inesperada, Lucía Navarro se dispone a devolver la pelota de igual manera. Sacrificará a otro. Si Héctor Ríos la ha sacrificado a cambio de su mujer, ella sacrificara a su compañero policía para salvarse ella misma, porque ha sido “condenada” por Héctor de una manera injusta y no se lo merece. Las otras niñas opiniones
La decisión del compañero policía, Óscar Jimeno, tras una conversación, deja a Lucía al descubierto y sin otra opción que matarle. La férrea moral de Jimeno, fácil de sostener puesto que no se halla en una decisión difícil, en una dicotomía que le haría dudar, es el rasgo de “maldad” que propone Santiago Díaz para que consideremos la decisión de Lucía como “bien tomada”. Pero, aun así, dudamos. Lucía ha de decidir entre su futuro profesional y la ruina supondría que se supiera que ha matado a Héctor Ríos. Supondría el fin de su carrera. Y se dispone a sacrificar a Jimeno.
Es la decisión inflexible de Óscar Jimeno quien le condena. Al igual que Héctor Ríos se decidió por la vida de su mujer paralítica a cambio de Lucía, Lucía ahora va a salvar su propia vida sacrificando a Jimeno, en un quid pro quo, trazando una simetría, una historia paralela, pero a la inversa, cerrando el círculo y abriendo la posibilidad a una tercera novela donde, de nuevo, con toda probabilidad, Lucía Navarro, que quedó exonerada de su culpa en la novela anterior, se encontrará con su castigo merecido, puesto que ha cometido voluntariamente un crimen: no el de Héctor Ríos sino el de Jimeno. La pregunta es: ¿Quién la castigará?
HISTORIAS INACABADAS, PROPIO DEL SERIAL. FINAL IN MEDIA RES.
En “Las otras niñas”, al igual que en Rapa, hay una persona que ha quedado injustamente libre de condena… o tal vez justamente… y es algo que queda por resolver. Las otras niñas opiniones
De todas formas, dejar el asunto ahí, inconcluso, es un recurso muy común hoy día. Que gane el malo a veces. Que los casos no se resuelvan. Porque si todos los círculos se cierran, toda novela es esperable en su desarrollo. Se produce una sensación de inverosimilitud.
Por el contrario, hacer que una narración se acabe y concluya con unos hilos no se han resuelto, o con un ganador indeseado, anima a la lectura. Lo vemos como “más real”.
Vemos que otras narraciones similares pueden ofrecernos finales inesperados no concluyentes y no como antiguamente, que se sabía que todo iba acabar bien.
Hasta aquí, pequeños apuntes sobre los recursos empleados por Santiago Díaz en sus novelas, concretamente esta de “Las otras niñas”. Abordaremos el final de la trilogía en un nuevo artículo.
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