O, dicho de otro modo, la cizaña y el engreído, o el dr. Frankenstein e Igor. Hablamos la semana pasada del engreído que desea conseguir una pequeña cuota de poder sodomizando a un pardillo de la oficina. Vive para lograr pequeños reinados de mierdecilla sobre un trabajador torpe al que sojuzga. Hablábamos de cómo
el engreído busca la negligencia ajena a toda costa (sin atender a los hechos) para sentirse mejor que el otro. Necesita sentir que el otro abusa de él, sentirse decepcionado, decepción que busca bajo las piedras, para justificarse ante… sí mismo.
Pero no sabe el engreído que anda por ahí una pequeña víbora que le va a apoyar, un dr Frankenstein cuya verdadera creación es él, no el pardillo.
Él, el engreído, acabará trabajando como fiel colega Igor.
Lo que ambiciona el dr. Frankenstein cizañero no es al monstruo que fingen resucitar juntos, sino al Igor, esa es su creación, su pequeño Pinocho. La cizaña aplaude la ira del engreído, sus escandalosos gritos contra el pardillo, pero ella es sutil, no grita, está detrás. Finge crear al mismo monstruo, pero sólo para congraciarse con su Igor. Y el engreído Igor es, finalmente, el pardillo de la cizaña. Por supuesto, todo esto es muy sutil, justificado en una parafernalia de incompetencias laborales, gente vaga, injusticias, traiciones, desagradecimientos, etc, etc pero lo que se esconde debajo es un entramado psicológico de poder entre gente pequeña. Todos quieren conseguir el pequeño poder de la ridícula oficina, sentirse el más alto, el que más trabaja, orgullosos de sí mismos. Ocurre entonces el síndrome de Estocolmo: la cizaña acaba convirtiéndose en el mentor e ídolo del engreído Pinocho, y Gepetto empieza a manejar sus hilos. Se los ve siempre juntos, Pinocho siempre servil, Gepetto moralizando… haciendo ver… El engreído ha sido estafado, pero no lo sabe.
Y lo que no sabe es que se ha convertido en una hiena durmiendo junto a un león. Cuando al león le falte alimento, el viejo titiritero acabará pegándole un mordisco a su torpe muñeco de madera.
Publicado en prensa de papel (La Voz del Tajo- Talavera de la Reina) el 18 de febero de 2014)
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