Hablemos de búhos y alondras. Sí, porque hace unas semanas se hizo viral un vídeo de tik tok donde un joven expresaba su opinión acerca de las mujeres que tenían relaciones con varios hombres. Mujeres que, haciendo uso de su libertad, hacían el amor con un hombre distinto cada vez. El vídeo dio lugar a comentarios variados. Sobre todo, despertó la polémica del machismo. A muchos les pareció un comentario retrógrado, propio de un pensamiento antiguo y trasnochado.
DE BÚHOS Y DE ALONDRAS
BÚHOS.
En un estudio psicosocial que leí en su día, se distinguían Búhos y Alondras.
Las personas sociales, extrovertidas, progresistas, atrevidas, valientes, promovedoras de los cambios sociales, son las llamadas búhos. El estudio psicológico que se refería a ellos los denominaba así por su tendencia a vivir una vida menos ordenada… alegre, superficial y nocturna.
Esta forma de vida era representada por dichas costumbres, tanto de los individuos como del búho.
Por descontado, no todas las características cuadran con este «tipo» de personas. No todos son superficiales y progresistas, atrevidas y a la vez alegres… no. Pero sirve para dividir en bloques genéricos las dos tendencias, los dos modos de vivir generales, mayoritarios. Para entendernos, vaya
ALONDRAS.
Con las alondras pasa lo mismo. Alondras eran, por el contrario, gente por naturaleza ordenada y obediente, más conservadora, (más cobarde), menos agresiva, más asentada, que disfruta cuando sabe a qué atenerse, cuando su entorno está reglamentado. Llevan una vida más rutinaria. Son más disciplinados. Se caracterizan por un carácter menos social, más introvertido, y su día a día está más regulado. Vuelvo a recordar que son pautas generales.
Como las alondras, se despiertan temprano y duermen de noche, por eso el estudio los llamaba así. Se sienten incómodos si se les altera la rutina. Incómodos en esos ambientes nocturnos. Se suelen aburrir en las fiestas y rechazan el ruido y el jaleo.
ESCALA DE GRISES.
Como ven, según este estudio, hay apreciaciones tanto negativas como positivas de ambos caracteres. No son perfectos ninguno de los dos.
MENOS ALONDRAS QUE BÚHOS, MENOS BÚHOS O QUE ALONDRAS
Establecidos los dos extremos, el artículo señalaba grupos que se hallaban en un nivel intermedio. En el medio hay toda una escala de grises. Hay «alondras» a las que, de vez en cuando, les apetece salir de noche y búhos que, de vez en cuando, sienten la necesidad de poner orden a su vida. No diré que lo ideal sea estar en el medio, tener un 50 % de alondra y un 50% de búho, porque no lo sé, ni estoy seguro de que esa sea la proporción correcta. Al menos no la moralmente correcta, desde luego, porque en cuestiones de moral todo es relativo.
Lo que sí que es cierto es que cada cual vive la vida según le apetece y mezcla una y otra inclinación en la proporción que le es más cómoda.
Hay condicionantes tanto biológicos e individuales, en cualquier caso, como culturales, familiares, educativos y de influencia del entorno. Pero en resumidas cuentas: búhos y alondras.
VIDAS DIFERENTES, LAS ALONDRAS.
Hay personas para quien les es más cómodo vivir como alondra y personas que rechazan, en mayor o menor proporción, este estilo de vida. Pero son estilos de vida diferentes, orgánicos, que no proceden de la moral ni de la ideología. Nacemos así y nos influye la sociedad de distinto modo a cada uno. Somos diferentes. Algunos son «alondras» al 100 × 100 y no comprenden los comportamientos que ellos llaman «disolutos», de personas que viven la vida loca. Se sienten bien viviendo tranquilos y en su casa.
Hay personas que sienten la necesidad de estar solos y llevar una vida reglada. No se entenderían sino la vida de las monjas de clausura, o de aquellos eremitas vocacionales… como pueden ser los escritores o los fanáticos de los ordenadores, poner un ejemplo.
Y no es que estén aducidos por ninguna ideología política ni moral rancia, por pensar así. Entienden la vida así, ya digo, más allá de la moral y la política.
VIDAS DIFERENTES, LOS BÚHOS.
E igual entienden la vida a su manera los que se dedican a vivir la calle, a relacionarse, y consideran un día nefasto cuando se ven obligados a pasarlo en casa y en soledad. Se les viene el mundo encima. Y tampoco se corresponde necesariamente con una ideología determinada, aunque sí es cierto que existe una tendencia de los búhos a ser de izquierdas como de las alondras a ser de derechas, pero no siempre.
Y tan respetables son unos como otros.
EL RECHAZO Y LA DESCALIFICACIÓN.
Sin embargo, hay una tendencia de unos y otros a poner de vuelta y media… a unos y otros. Las alondras a los búhos y los búhos a las alondras. Las alondras consideran pervertidos a los búhos y los búhos creen que están malbaratando su existencia esos seres no sociales, que viven sin vivir, que está muertos en vida y los califican de intransigentes, individualistas, egoístas, insolidarios… nerds, cuando en realidad es una cuestión de gustos, ya digo.
No se puede juzgar como depravados a unos y de gazmoños a otros y, sin embargo, se juzga. Es inicuo establecer valoraciones positivas o negativas. Obligar a las alondras a ser búhos o a los búhos a ser alondras o insultarlos, es perverso (en el sentido etimológico lo digo). Es ir en contra de la naturaleza de los individuos.
LOS BÚHOS.
LO QUE ES VERDAD.
Pero yendo al caso del tiktoker, hay un hecho cierto. En los últimos tiempos, está de moda que las jóvenes vayan a la caza de hombres y que, esa misma noche, se acuesten con el candidato más inesperado, a veces con un desconocido al que no vuelven a ver. Y esto hay quien lo practica cada fin de semana o cada fiesta. Salen de casa sin saber con quién van a enrollarse, pero seguras de que lo harán. Y así noche tras noche. Es un hecho. No digo nada extraño. Lo indico. No lo valoro. Es así. Lo que siempre han hecho los hombres hoy lo hacen las mujeres… ¿que, me pregunto yo, con quien lo harían esos hombres si no existían las mujeres «liberadas»?
LA VENTAJA.
Valiéndose tal vez de que quizá una mujer lo tenga más fácil que un hombre para conseguir sexo, se aprovechan de esa ventaja para dar rienda suelta a su espíritu aventurero. Sin constatar si esto que digo es machista o no, lo cierto es que es así.
Hasta aquí, he contado los hechos, sin aplicar ningún matiz moral. Pero sigamos.
LAS ALONDRAS.
Pero, como he dicho, existen alondras. ¿Desde qué punto de vista contemplan estos hábitos las alondras?
Desde su punto de vista. Así, las mujeres de amplia vida social, no solo sexual, son mujeres no aptas para una relación… con ellos. Ellos nunca se casarían con esas mujeres y la expresión de que “pierden valor” queda explicada. Incluye un matiz que se le escapó al tiktoker: “pierden valor… para las alondras”.
NO SOLO VIDA SEXUAL.
Pero no solo es la vida sexual libre de una mujer lo que ahuyenta a las alondras. Es la vida social. amplia y sin compromiso, que ellos no son capaces de llevar. Esa vida social tan variada, tan multitudinaria y ajena a todo tipo de compromiso, y tan superficial y «mentirosa», (bajo su punto de vista) no se ha hecho para ellos.
LAS PRIORIDADES DE LAS ALONDRAS.
Las alondras ambicionan una vida estable y familiar, con una mujer fiel en una relación profunda y sincera para formar una familia que les de seguridad. Por tanto, las chicas de amplia libertad sexual no son buenas candidatas. Una vida disoluta es incompatible con las alondras. Creo que a eso se refería el famoso tiktoker, tan vapuleado. No rechazaba la libertad sexual en sí misma, sino el paquete completo: vida social, vida sexual, rechazo al compromiso. La consabida incompatibilidad entre alondras y búhos. El tiktoker se manifestaba como alondra conservadora..
Y como buen español radicalizado en una postura concreta, vejaba, insultaba, arremetía, menospreciaba a los que se atreven a llevar esta vida. Pero el tiktoker manifestaba su miedo, su cobardía.
Que, por otro lado, si a ellas las preguntasen, rechazarían de igual modo a esta alondra o a otras muchas, por vivir reprimidos y no ser «valientes», y tener «la piel muy fina». Sin comprender que ambos espíritus funcionan de maneras diferentes.
LA REALIDAD.
La realidad es que vivimos en un mundo de alondras y búhos. Y es cierto que esas chicas, que pertenecen a los búhos, no solo NO son compatibles con la vida fiel y ordenada de las alondras. Pueden ser incompatibles, del mismo modo y en la misma medida, con otros búhos, también inconstantes en sus relaciones.
Tenía razón el tiktoker en el fondo: se quedarían solteras. En parte porque ellas quieren. Y porque no encontrarán nunca una vida ordenada en una alondra que las elija. Ni tampoco entre los búhos.
Las alondras rechazarán siempre a las mujeres búho, pero los varones búhos tampoco pueden darles estabilidad, puesto que tampoco están dispuestos al compromiso.
Es evidente que, si esas chicas-búho dejan de serlo, nunca van a echar de menos una pareja estable. Irán de flor en flor y jamás sufrirán por estar solas. Serán solteras profesionales, no aptas para el matrimonio… pero es que nunca lo echarán de menos.
LA ESCALA DE GRISES
Otra cosa son los individuos que se hallan en la escala de grises, que son alondras y búhos a un 50 % o en una proporción parecida. Mujeres, y también hombres, que no son del todo búhos ni del todo alondras. Creo que el aviso del tiktoker iba por ahí. Esas eran las verdaderas destinatarias de su mensaje y para ellas iba el aviso. El aviso era para que esas chicas que no son del todo búhos. Aviso para que valoraran si realmente eran completamente búhos porque, de lo contrario, si un día descubrían que eran alondras se encontrarían solteras, cuando en realidad ansiaban una relación de pareja estable. Fue lo que le faltó decir al tiktoker. Y es que un minuto en tiktok no da para matices.
UNA TEORÍA COMPLEJA RESUMIDA EN UN MINUTO.
En un minuto no se puede resumir todo un concepto complejo de los movimientos sociales a los que aludía el tiktoker. Porque le faltó decir que, pese a todo, una mujer que ha vivido con una amplia y variada experiencia sexual, no está condenada a quedarse soltera. No necesariamente. Si cambia de ciudad y de vida, allí donde no sea conocida, puede empezar de nuevo y decidirse por ser alondra. (Las alondras son muy de pueblo y ellos llaman a eso “sentar la cabeza”)
Siempre estarán condenadas por las alondras se quedan en el pueblo y no salen de allí.
Lo que nunca podrán encontrar las chicas-búho es a otro búho fiel. Mientras siga siendo búho el búho. A no ser que también haya sentado la cabeza.
OTRA METEDURA DE PATA.
Y, de igual modo, en lo que metió la pata hasta el fondo el tiktoker fue en referirse en exclusiva a las mujeres. Tenía solo un minuto y lo soltaba todo desde su punto de vista de varón heterosexual, conservador, y con el corto bagaje de un comunicador inexperto, sin darse cuenta de que lo dicho sobre las mujeres también es aplicable a los hombres. Por lo que no solamente se refería a la sexualidad femenina y a sus secuelas. Se refería al modo de vida de un búho, ya fuera hombre o mujer, y a las consecuencias naturales a la hora de relacionarse y negociar una relación a largo plazo. Era una reflexión sobre la incompatibilidad entre búhos y alondras (y entre los búhos entre sí, le faltó decir). Una incompatibilidad natural que no tiene mayor consecuencia moral que dejar constancia: “las mujeres y los hombres búhos pierden valor”, o, lo que es lo mismo, “no son candidatos ideales para las relaciones estables”. Esto era lo que encerraban el torpe comentario del tiktoker de marras. Al menos, eso quise pensar. Y relaciono «valor» con «modo de vida» confundiendo al personal. En fin, todo un despropósito.
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