Llega la Navidad y con las vacaciones conseguimos tiempo. Por muy animal social que seas, siempre se agradece un poco para ti. Pero de inmediato acechan en entre acebo y bolitas brillantes los parientes, esos depredadores que brotan en vacaciones. Van de acá para allá, visitan, compran, gritan, cantan villancicos, piden, comentan, murmuran, intrigan, vagan por mercadillos y tiendas de regalos…
para ellos, este coñazo de la navidad es un fiestuco impresionante,
mientras que para los que soñábamos con un retiro sosegado es una mierda.
¿Y tú por qué no vienes hoy? ¡Pues podrías venir mañana. Hay que poner el horno a las ocho, acuérdate. Pues la primera fiesta, no sé dónde toca, ¿y la segunda? ¿Y la tercera? ¿Y la cuarta? ¿Y la quinta? ¿Hay quinta? ¿No? ¡Pues se inventa! ¿El año pasado dónde tocó…? ¿Cuál, la tercera o la cuarta? ¡La primera, hombre! Bueno, pues si no quiere venir, que no venga, vienes tú… Pues a ver cómo nos arreglamos si no viene él. Pero es que Pepe no quiere ver a Juan, juntos no. Bueno, ya se verá. Pues que disimulen, que es una noche solo ¿Y ella que opina? ¿Y los niños? ¿Doce este año? ¿Y el cuñado? ¿Y la abuela? Pues a ver cómo metemos la silla de ruedas, no está el coche grande.
¿Y el regalo? ¿Cuánto? ¡Menudo gasto! ¿A cuánto tocamos? Pues hace un frío que pela. ¿Y hay que salir? ¿Has subido las maletas? ¡Cuántas maletas! Hombre, muchas gracias, el último éxito, quinientas páginas ¿Y cuando me lo leo?, porque si a diario hay curro y en vacaciones vosotros… Y por fin llega el bendito enero, bendito trabajo, el que lo tenga, porque al menos sacas los veinte minutos que te deja el sistema capitalista para leer el dichoso libraco que, a veinte minutos por día, acabaré allá por el verano de 2017, imagino.
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Cómo no discutir en navidad (tema: ¿ceder es signo de madurez o una humillación?)
Publicado en prensa de papel (La Voz del Tajo- Talavera de la Reina) el 1 de enero de 2016)
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