Si ha intentado alguna vez acercarse a su enemigo para firmar la paz, enhorabuena y le compadezco. Enhorabuena porque usted todavía confía en el otro y le compadezco porque el otro, desde luego, no confía en usted. Su enemigo ha inventado tal imaginería terrorífica sobre usted, con ogro, castillo, ciénaga, animales y vegetación babeante, que no se reconocería si lo escuchara.
Y es que, cuando hacemos del otro un demonio, primero intentamos desconocerle porque no podemos inventar mentiras si conocemos. Somos conscientes de nuestra invención pero lo llamamos «verdad». No «nuestra verdad», sino «LA verdad». Nuestro afán de venganza, ira, rabia y odio nos hace verlo así, aun sabiéndolo inventado.
Pero decíamos que usted pretende la reconciliación. Pobre.
Pues lo primero será elegir las palabras para que el enemigo no se ofenda. Deberá controlar gestos y tonos, sabiendo además que el enemigo está a la que salta. Él ha sido invitado y no se considerará obligado a ceder ni un ápice.
Además, debemos detectar señales que nos indiquen si el diálogo avanza, si es suave, atajar desviaciones y aprovechar huecos si el otro se nos abre.
Usted pretende curar heridas: algodones, betadine, todo eso… pero en esto del diálogo hay quienes tienen más intuición que otros. Si usted no la tiene, afronte la cosa al menos consciente de que le atacarán, de que tendrá que contenerse y gobernar con pulso firme para evitar el arrecife cuando lleguen tormentas. No se deje seducir por su orgullo.
Si usted no tiene capacidad para situarse en un plano superior, tarde o temprano caerá en la soberbia y dirá con las tripas aquello que no conviene con la lengua, y la liará más parda aún. Pero, después de estos consejos, no se eche cuentas. Probablemente su enemigo, si acaso escucha, (que no escuchará), no le entenderá o lo interpretará todo al revés, por claro que usted sea. Porque contra nuestra labia afilada, a ellos siempre les quedará… la falta de inteligencia.
PUBLICADO EN PRENSA PAPEL (La Voz del Tajo-Talavera) EL 23 DE SEPTIEMBRE DE 2014
0 comentarios