Dicen que con la informática ya está todo resuelto, que ya estamos conectados, que esto es la caraba y la pirula, pero seguimos en el XIX.
Resulta que Pepe va con su hijo de diez años a Disneylandia y le han dicho que conviene se saque el DNI. Le dan fecha y cuando va a la policía le piden ¡un certificado de nacimiento en papel! A ver, ¡que es la Poli!, ¿no se supone que tiene acceso a todos los organismos, Tesorería, registros… todo? ¿Hola? Pues no. Te pide A TI que le traigas A ELLOS un papel. Y Pepe va con sus dos patitas, perdiendo el día, al juzgado, ese sitio donde la poli se pasa mañanas, tardes y noches.
Pero como su hijo ha nacido a 600 kilómetros, debe rellenar OTRO PAPEL a boli, para solicitar el primer PAPEL.
¡Nada de email, papel! Y no vale que lleves al niño en persona, quieren EL PAPEL para comprobar que existe.
Y cuando ya crees que lo tienes todo, te falta ¡OTRO PAPEL, el de empadronamiento! Porque la poli no puede saber si tu hijo vive en el pueblo si no le llevas tú…. el papel. ¡La poli no tiene acceso informático al Ayuntamiento, que está aquí al lado! Y como el Ayuntamiento sólo abre de mañana, ahí tienes al regimiento de abuelos haciendo recados de papeles. Vamos, que si asalto el Banco de Santander, pistola de jabón en mano, no me pillan aunque deje todo plagado de huellas, porque como no saben que existo ni dónde vivo…
Así que cuando volvió de París me dijo Pepe: Pues al final no le hice el carnet. Se lo pedí al vecino, y aunque el vecino es negro y el mío blanco y con gafotas, ni se dieron cuenta en la aduana.
Publicado en prensa de papel (La Voz del Tajo- Talavera de la Reina) el 8 de noviembre de 2016)
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