BREVE SEMBLANZA DE LA EDAD DE ORO DE LA CIENCIA FICCIÓN
Una de las lecturas habituales de mi verano desde hace ya algunos años son estos cuatro tomos de la Edad de Oro de la Ciencia Ficción, cuentos aparecidos en los años 20 y 30 del siglo pasado y recopilados por Isaac Asimov. En dicha antología, Asimov escoge aquellos que más le gustaron, de los cientos que dice haber leído.
CRÍTICA DE ASIMOV
Por cada uno, hace una crítica. No siempre coincido con ella, en principio porque yo no me he leído tantos y tengo el listón más bajo, probablemente. Y también porque, para mí, dichos cuentos resultan apasionantes y extraordinarios casi siempre, porque los suelo leer con una actitud juvenil o infantil, sin muchas exigencias, tal como es propio del género y, por supuesto, del verano. Los ojos inocentes, puros, sin pericia de aquel primer lector que fuimos, nos permitirá gozar de estas apasionantes historias de aquellos escritores de revistas pulp, es decir, de difusión en kioscos para jóvenes y espíritus jóvenes.
En ellas se exponen casos truculentos y fantasiosos, como la destrucción de la Tierra, viajes a la luna o en el tiempo, guerras mundiales, contactos con extraterrestres y demás.
AUTORES PIONEROS
Podría pensarse que dichas historias son convencionales, pero no. La capacidad imaginativa de aquellos autores que realmente disfrutaban escribiendo, nos llega a nosotros con frescura y con poder. Realizaban su trabajo con pasión, con vocación y esto se transmite desde el primer minuto de lectura. Las ganas de escribir, las ganas de inventar, de Raymond Z. Gallun, John Campbell, Murray Leinster o Laurence Manning, entre otros, las recibimos hoy con avidez. Ni siquiera la versión para televisión que salió hace unos años de Amazing Stories contiene tan poderosa fuerza como la escrita en origen. Escogeré, para que vean, unos cuantos y haré un breve resumen, sin destrozar demasiado la historia por si tienen a bien leerlos, pecado que les recomiendo.
NACIDO DEL SOL de JackWillamson
Esta historia, por ejemplo, plantea la posibilidad científica de que el universo sufra un colapso y todos los planetas se desintegren por un efecto de Big Bang extraño. Ya en los años 30 del siglo XX, Willamson imaginó una nave que pudiera transportar a miles de ciudadanos escogidos en un Arca de Noé sideral, lo cual también propuso años después el propio Stephen Hawking.
TEMA
Cuenta las aventuras de los dos científicos que intentan poner en marcha el proyecto, una secta que quiere impedirlo e incluye, de una manera justificada, desde el punto de vista narrativo, la explosión de la luna así como una batalla campal entre futuros pasajeros del arca y sectarios. Una desgajarse la tierra en dos, inundaciones y tsunamis de dimensiones imposibles… como puede comprobarse, ni la serie de televisión más brutal, en sus mayores inspiraciones de ingenio, podría levantar en vilo tal cúmulo de parafernalia.
VEROSIMILITUD
La diferencia es que, en estas películas, no hay quien se lo crea y, pese a todo, aburren, mientras la historia de Willamson nos ofrece en su relato coherencia, racionalidad y sencillez, sin desviar la atención hacia historias que no importan y que cualquier productora impondría con calzador por miedo a perder audiencia.
La libertad de Willamson para crear y su inspiración sin servidumbres le lleva a construir una historia realmente interesante cuyas concesiones amorosas, que también las hay, hoy nos resultan más bien tiernas, porque están elaboradas con simpática inocencia y buena intención, antes que con patetismo comercial.
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