Juventud y trabajo, que pesadilla.
Un porcentaje de jóvenes estaría dispuesto a aceptar cualquier trabajo por poco sueldo. Un porcentaje de jóvenes no cree que estudiar sirva de nada. Es un hecho que, tras los estudios, el esfuerzo de la preparación no se ve recompensado con un puesto en una empresa, y el trabajo a realizar no se corresponde con tu formación. Un músico no acaba
tocando en una orquesta, sino dando clases de música elemental a los niños de una asociación de vecinos. Un tramitador judicial no necesita conocer leyes, acaba de simple mecanógrafo. Un farmacéutico no elabora recetas magistrales, acaba despachando pastillas como un mancebo.
Estudiar no anima a aprender, a saber, cuando el mundo laboral sólo necesitas piezas aceitadas de una maquinaria capitalista.
Eso si tienes suerte de encontrar trabajo porque ya, ni estudiando. Los jóvenes ingenieros marchan a Alemania… no para trabajar como ingenieros, sino porque allí todavía contratan repartidores para pizzerías. Aquí ya ni eso.
Siendo esto así, se necesita tener mucho valor o ser muy inconsciente para privarse de fiestas y meterse a estudiar, como antiguamente, dejar pasar la juventud y labrarse un futuro. Antes sólo lo hacían los opositores, pero ya ni se convocan o las plazas son tan escasas que han matado la ilusión.
Un economista alemán, no hace mucho, revelaba que la bajada de sueldos a los trabajadores al final conllevaba un cierre de empresas… por la simple razón de que si no hay dinero, no se consume y los que venden cierran. Pues del mismo modo, sin esperanza hay descreimiento, desgana. Alguno aún se pregunta el por qué de esa inconstancia de la juventud: quedas con un joven y no acude, te promete algo y no lo cumple, se le olvida, no hay compromiso, realismo, trabajo, todo lo hace a medias, mal, no escucha, no entiende…. En un país con escasez, la ruina cunde. En un país sin esperanza, la cualificación desciende. Si en países como Finlandia los jóvenes son responsables y están cualificados, probablemente sea porque hay un trabajo real que les espera, porque hay un premio, al menos para alguien. Compaginar juventud y trabajo es realmente terrible.
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Publicado en prensa de papel (La Voz del Tajo- Talavera de la Reina) el 14 de enero de 2014)
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