Crítica de la actuación del 13 de julio de 2016, estreno.
ACTITUD DEL ESPECTADOR ANTE LAS OBRAS DEL FESTIVAL
Comencemos por un previo. Porque para analizar el disfrute que uno puede obtener de esta obra, primero hay que preguntarse de qué tipo de disfrute hablamos y, en consecuencia, qué debe saber el espectador para poder gozarla.
Un festival de teatro clásico como el de Mérida requiere, para ser aprovechado, que el espectador acuda con ojos diferentes. Ya hablé de esto el año pasado. Quiéraslo o no, los textos fueron escritos hace tiempo y bajo unas coordenadas estéticas diferentes. También culturales. Por hábil que sea la adaptación, siempre subyace esta circunstancia.
Por eso, no debe uno acudir con el mismo espíritu que se acude a un sainete moderno escrito en el XX. La belleza reside en otro lado, al igual que no es lo mismo abrir una novela que un libro de historia. Así, con ojos históricos, entendiendo las coordenadas de aquel tiempo, se disfruta la obra que nos ocupa, por poner por caso.
RACINE
Ya con el nombre deberíamos quedar advertidos. En efecto, podemos exigir que se le adapte tanto que desaparezca de él todo vestigio y podamos asistir a una obra totalmente moderna, pero no creo qué deba hacerse. Porque el propio argumento no lo permite.
Estaba de moda por aquel entonces tomar un personaje histórico de gran fuste y hacerle partícipe de amoríos que nunca existieron. Era una moda de aquel tiempo, pero recordemos que hoy también la novela histórica ha tomado esos derroteros, con otro aire, bien es cierto, no hay más que ver series como Isabel o Carlos V para comprobarlo, o el mismísimo Águila Roja.
La segunda coordenada del Siglo de Oro francés es que dichos argumentos amorosos se desarrollan siempre del mismo modo. La Comédie-Française se ve influida por el Teatro Barroco español y sus comedias de capa y espada. Allí, un personaje ama una dama, la dama a un tercero y ese tercero es hermano del primero que a la vez ama a…. es un bosquejo repetido, con múltiples intercambios de parejas, concluyendo todo en un final satisfactorio.
El que acuda Alejandro Magno sin estar dispuesto a enredarse, en parte, en estos líos, no lo disfrutará. Pero es que hemos venido a ver a Jean Racine. Es a esto a lo que me refiero cuando digo que hay que saber que se va a ver. Es preferible hacerse a la idea y, además, gracias a una modernización del texto, que queda limpio y muy solvente, se disfruta. El adaptador tiene, como siempre, la tarea de satisfacer al público de ahora y, sin eliminar a Racine, hemos de decir que esta propuesta lo consigue.
ALTERNANCIA ENTRE ÉPICA Y AMORES. PSICOLOGÍA.
La palabra divertirse procede de «diverso». Es decir, que para divertir hay que diversificar.
Alejandro Magno muestra diferentes aspectos pero complementarios.
ÉPICA
Por un lado, escenas de batalla (sugerida con efectos), arenga militar y sufrimiento personal de un guerrero de espíritu pacifista.
AMOROSA
Por otro lado, el enredo amoroso que dije. En este caso, el rey Taxilos ama a Cleófila pero Cleófila ama el rey Protos y la hermana de Taxilos se ha prometido a Alejandro. Los dos reyes indios se enfrentan y…
Es así cómo se mezclan hábilmente dos estilos de una manera sólida
LA FUSIÓN
¿Y cómo se hace? Pues alternando el debate amoroso con el problema bélico, los pactos, el enfrentamiento suicida o la humillación del sometimiento ante el más fuerte. ¿Es la paz un deshonor, una solución práctica, una habilidad política, un acto de inteligencia o de cobardía? Y con esta alternancia, el enredo amoroso se oxigena y se ve integrado en la profundidad política, que es lo que da la «diversidad» que «divierte»
LA EVOLUCIÓN DEL TEXTO
Planteamiento, nudo y desenlace. Estos son los tres elementos que vemos desarrollarse en la obra de Racine.
PLANTEAMIENTO.
Al comienzo, vemos cómo se presentan los dos reyes indios, las dos damas y Alejandro. Hay una reiterativa explicación sobre quien ama a quien. Nos debe quedar claro y es por eso que los autores del siglo de oro son conscientes de que tienen que asentar muy bien el planteamiento si quieren desmadejar y enredar el lío. La obra resulta un poco lenta aquí y una vez más la limpieza que se hace del texto ayude a que no canse.
NUDO
Una vez sabemos quien ama a quien, empieza el desarrollo y el enredo y el genio de Racine se desvela.
PERSONAJES Y SU EVOLUCIÓN
Unas bolas golpean a otras y cambian su rumbo. Los personajes evolucionen, dudan, alteran su criterio, no están seguros ni de sus propias convicciones. Es lo que hace rico a un personaje y, por consiguiente, el argumento. Vemos como el pacifista ser vuelve guerrero, la amante del guerrero duda de la opción bélica de su amante. Los papeles se intercambian.
EL ENIGMA
Además hay un ENIGMA que el público conoce pero no uno de los personajes, la muerte de Protos que sirve para
– que el protagonista muestre su astucia política.
– que nos preguntemos que hará Cleófila cuando lo descubra.
Eso despierta la intriga y el interés. Es un eficaz efecto narrativo.
CAMBIO DE OPINIÓN, MEDIANTE EL DIÁLOGO
Es el diálogo el que logra que, contrastando opiniones, el aliado se convierta en opositor y el enemigo en amigo. La interacción en los diálogos provocan un debate entre personajes que le llega al espectador como algo vivo, puesto que las personalidades están muy diferenciadas y los objetivos de cada personaje muy definidas y luego cambian. En eso reside su calidad dramática.
Además, el debate amoroso está íntimamente imbricado con el debate bélico. Aunque lo amoroso sigue siendo distendido, adquiere tintes dramáticos al mezclarse con el problema teórico sobre la conquista y la sumisión. No chocaba en aquel tiempo esta mezcla, aunque hoy nos parezca más artificial los requiebros palaciegos, pues le roba prestancia y empaque a la parte épica, incluso la trivializa. Es aquí donde debemos cambiar el punto de vista y verlo con ojos históricos. El goce estriba en ver cómo eran las coordenadas estéticas de aquel tiempo.
DESENLACE
Obliga este modelo prediseñado del XVII a que todo acabe bien al final, y eso ocurre, con alguna que otra injusticia o sacrificio, con arrepentimientos, reconocimiento de la superioridad no sólo física, sino intelectual y moral del héroe y su glorificación. Para ello debe ser el personaje más negativo el vencido y convencido en los tres aspectos (bélico, moral e intelectual) Escoger al personaje más ANTAGONISTA para este cambio revela la habilidad de Racine en el manejo de ARQUETIPOS y su dinámica.
LA INTELIGENCIA DEL TEXTO.
Se nos indica en el programa de mano que la obra se centra en el problema psicológico de los personajes, fundamentalmente su protagonista. Así es, lo hemos visto en el debate sobre la conquista y la sumisión, y no solo en el hecho de que Alejandro duda y reniega de su papel como guerrero que produce dolor a los pueblos. Los reyes indios también dudan.
Una vez más hago hincapié en que la inteligencia se muestra en el debate. Si observamos, los argumentos tampoco contienen una gran filosofía, aunque hay mucho de universalidad en la dilogía conquista/sometimiento. Su mayor calidad estriba en el contraste en el diálogo. Las dudas son nítidas y básicas pero al ponerlas todas a debate surge la complejidad del problema y es ahí donde el texto adquiere interés.
El a priori moral del que partimos nuestro siglo XXI es que cualquier conquistador es un invasor pero en tiempos de Alejandro el hecho de la conquista no era tan reprobable y así debemos entenderlo.
Además, era un acto de liberalidad permitir que los pueblos sometidos siguieran ejercitando sus costumbres y tradiciones, cosa que hoy consideraríamos una concesión humillante. Está teorización, por tanto, debemos también entenderla desde el punto de vista histórico.
Y dije que había algo de universalidad. En efecto, si algo podemos debatir, intelectualmente hablando hoy es la funcionalidad de agachar la cabeza, desde un punto de vista práctico, o el honor de batallar y rechazar el sometimiento pese a los perjuicios que conlleva. Aquello del Che Guevara, es preferible morir de pie que vivir arrodillado.
EN CONCLUSIÓN
En conclusión, respecto al apartado del fondo del asunto, muchos aciertos en esta obra.
– Salir en esta edición de las Medeas, los Edipos y otros habituales (aunque aún nos colean las Lisistratas) y conocer un Racine interesante, sobre todo para los aficionados a lo clásico.
– Una adaptación que sin traicionar a Racine moderniza, limpia, da esplendor y hace que la obra se sostenga en pleno siglo XXI con una fuerza y una modernidad que acopla el gusto antiguo con el moderno.
– Una puesta en escena que con pocos actores, da grandez. Una sorprendente escenografía acuática, bella música, una coreografía de gran sensibilidad y buenas y variadas ideas teatrales, entretuvieron, gustaron y lograron que el debate psicológico no quedara corto, que se amplificara en el marco gigantesco del Teatro y luciera con espectacularidad.
– Una gran dirección, con movimiento escénico variado sobre las tablas, calculando muy bien el peso de la obra en sus desplazamientos.
– Grandes actuaciones, solventes y de calidad. Interpretaciones con guiños a lo indio y con estructuras de personajes muy diferenciadas en la composición de arquetipos. Gran vestuario.
UNA CURIOSIDAD
¿Era yo, que ya ando obsesionado, como muchos de ustedes, o me pareció detectar al principio de la obra un guiño sobre los pactos tras las elecciones?
EL FALLO
– En su estreno del día 13 al que acudí, los micrófonos hacían eco. Imagino que sería un defecto puntual.
VALORACIÓN
Lo disfruté. Un ocho.
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