El grupo de teatro Batilo presenta Yerma en la Sala Trajano de Mérida. Y lo primero que hay que decir cuando uno se refiere a un grupo de teatro aficionado, es que el trabajo, la dedicación, el esfuerzo es inmenso, teniendo en cuenta que dedican su tiempo libre a este ocio de forma altruista. No ganan un duro con ello y eso siempre es admirable.
Por los resultados que pudimos comprobar el pasado 10 de septiembre, se comprueba que Batilo teatro es un grupo muy compacto donde todos se llevan bien, disfrutan en igualdad del trabajo que desarrollan. Importante. Y es importante que sea así, si se quieren obtener tales resultados. Deseo que Batilo teatro siga gozando de la misma a suerte y que dependerá mucho de la amistad entre ellos.
Yerma de Batilo teatro, la puesta en escena.
He tenido ocasión de hablar brevemente con los miembros de Batilo teatro. Y aunque les he advertido que yo no me callo a la hora de hacer la crítica, – miedo, intriga, dolor de barriga – tengo el privilegio de conocer su punto de vista, contrastarlo con lo que yo he percibido. Y, siendo así, compruebo que mis apreciaciones y los del director de la obra, José Miguel Suárez, coinciden. Con lo cual, coincidimos en la intención.
YERMA DE BATILO TEATRO, UNA PUESTA EN ESCENA MINIMALISTA.
Confieso que no suelo ir a ver obras de Lorca. Me cansa. Le respeto, pero me parece un tanto sacado de madre su lenguaje. Muy poético y rompedor en su momento, pero no me llena. Me cansa Lorca. Prefiero un teatro más narrativo y realista.
Y como no he visto representaciones de Yerma, o si las he visto las tengo muy olvidadas, no tengo con que comparar.
Una mesa y dos sillas, unos palés escalonados que se dirigen al centro, en lugar de mayor altura. Un árbol seco. Un río en el proscenio. Dos plataformas, una izquierda y otra a la derecha. A primera vista, el decorado, minimalista, es de gran efecto. Está elaborado con buen gusto.
Tan escaso decorado se enriquece con pequeños detalles que lo adornan. En su simplicidad es hermoso. Adusto y hermoso a la vez.
SIMETRÍA EN EL DECORADO.
De igual modo, hay una simetría en el decorado. Podría doblarse el escenario por la mitad y constituiría en un espejo exacto, una y otra parte. Es un efecto intencionado.
Esa es la propuesta estética de Yerma de Batilo teatro.
UN TEATRO DE SIMETRÍAS EN LA POSICIÓN DE PERSONAJES.
Además, Yerma de Batilo teatro, juega con las simetrías. Los personajes se sitúan en los momentos claves, los más dramáticos, los más poéticos y fotográficos, en el centro del escenario, situándose alrededor, a una equidistancia milimétrica, el resto de personajes, construyendo un paisaje muy estético en momentos claves, cuando la obra crea cuadros estáticos.
Otra cosa es el resto de la interpretación donde los personajes mueven esa simetría.
LA DIRECCIÓN ESCÉNICA EN YERMA DE BATILO TEATRO, LA RUPTURA DE LAS SIMETRÍAS.
Y, como digo, pese a las simetrías, ello no produce un efecto monótono. Porque los personajes se mueven en escena utilizando las dos alturas el escenario. Se mueven, convirtiendo a cada escena en algo dinámico y entretenido. El peso de la obra se compensa a cada paso. La obra está en continuo movimiento.
Cada escena está trabajada en este sentido. Nada es gratuito. Los actores utilizan el río, el agua que hay en el río, aprovechan los palés para avanzar en el diálogo, a la par que producen este efecto de movimiento.
TEXTO Y MOVIMIENTO
Y, sin embargo, el movimiento de los actores, variado y diverso, estético, de buen gusto y sorprendente, no distrae en ningún momento. No le roba escena al texto de Lorca.
En todo momento se entiende lo que se dice lo cual es un trabajo enorme y de compensación entre la necesaria expresión corporal de los intervinientes y el recitado.
SÍMBOLOS EN LA PROPUESTA DE YERMA DE BATILO TEATRO.
También he coincidido con José Miguel Suárez en valorar los símbolos que se emplean. La simetría llega al extremo de iniciarse y cerrarse con el mismo símbolo, un niño que toma agua del arroyo y un puñado de tierra de los palés. El agua representa la fecundidad, la tierra la aridez y la esterilidad. Pero el símbolo se hace más complejo porque los palés y su altura representan el poder seco y árido, impositivo del hombre y de otras fuerzas que reprimen a Yerma.
Los actores usan el arroyo para mojarse, salvo la propia Yerma, porque pertenece al mundo estéril de la tierra.
Al final de la obra el niño derrama tierra sobre Yerma y agua sobre el marido muerto. Que cada cual saque sus conclusiones. Los símbolos están ahí, se manejan, se barajan de múltiples formas y sugieren. Sobre todo sugieren.
EL LORCA DE «EL PÚBLICO» O DE «ASÍ QUE PASEN CINCO AÑOS» EN YERMA DE BATILO TEATRO.
No se priva la puesta en escena de Yerma, de Batilo teatro, en hacer un guiño a “El Público” y otras obras más surrealistas y alejadas del mundo rural de Lorca en América, cuando aparece el macho, Julián García, (que también interpreta a Víctor). Son escenas que recuerdan al sueño de un fauno de Debussy, con personajes fantásticos como una bailarina con antifaz y unas actrices despojadas de su papel de lavanderas que enarbolan cintas, formando conjunto, como ya digo, surrealista que se adapta, sin embargo, al espíritu lorquiano.
Y un acierto bien empastado en esta propuesta de Yerma de Batilo teatro.
YERMA, DE BATILO TEATRO. LOS ACTORES.
Respecto a los actores, su nivel de interpretación, – vuelvo a insistir en que nos hallamos ante un grupo de teatro amateur – es, dentro de este nivel, excelente.
YERMA, MARIA MIRANDA.
La actriz que interpreta a Yerma tiene unos recursos orgánicos que la favorecen. Probablemente ha sido seleccionada como protagonista de la obra por tales virtudes. María Miranda es una actriz con talento suficiente como para sostener por sí sola toda la carga de una obra difícil e importante, como es la lorquiana. Dentro de lo que es la no profesionalidad, la valoración es muy positiva. Es una actriz comprometida, natural, con recursos propios. Su trabajo es prodigioso. Saca a flote, sin una tacha que hacerle, una obra de tanta envergadura.
DIRECCION ARTISTICA, José Miguel Suárez
Sin embargo, no hay que olvidar, en este caso, la labor del director José Miguel Suárez, con la actriz y el resto de elenco, verificando los resultados escénicos. Encontrando recursos técnicos que enriquecen la variedad de registros de dicción como los movimientos escénicos. Una técnica que también es importante a la hora de analizar la interpretación. Cualidades naturales propias de la actriz junto con la dirección artística que indica en qué momento tiene que susurrar el texto, cuando irritarse, cuando desesperarse, cuando agacharse o abrazar a su compañero. Todo ello forma parte del resultado y de la visualización que, en conjunto, tiene que ser valorada.
TRABAJADO DESDE EL FONDO. LOS OTROS ACTORES DE YERMA, DE BATILO.
Así, María Miranda tiene unos recursos orgánicos que la favorecen. Tiene instinto. Ha trabajado el papel desde el fondo, desde el sentimiento. Lo que pretendía José Miguel era que las interpretaciones tuvieran esa carga de verdad. Que fueran sinceras. Que salieran del alma.
Esto, evidentemente, se consigue. Logra Suárez transmitir al actor la idea de que tiene que ponerse en situación, de que tiene que sentir, de que tiene que odiar, notar en su interior esa frustración por no poder tener hijos, esa ansiedad ilusionada por la descendencia y toda la galería de sentimientos que Yerma conlleva. Suárez procura transmitir esto a sus actores y lo consigue con mayor o menor acierto, con desigual resultado el cada caso, según las actitudes naturales de cada uno de ellos.
Lo dicho para María es válido para el resto de actores. Unos con más cualidades y otros con menos, unos con más recursos naturales de los que el director puede aprovecharse y otros con más y, por tanto, con mayor protagonismo en la obra, todos ellos se benefician del trabajo de interiorización, de análisis de mesa de los personajes, del esfuerzo y sacrificio estos actores ilusionados.
HABLAR CON VERDAD.
Todo lo que aparece en Yerma de Batilo teatro suena a verdad. Se trabaja con verdad, con sentimiento, pero también con un criterio técnico: cambios de tono, de intensidad, de inflexiones en la forma de decir el texto. También un modo inteligente de cambiar de posición que beneficia a cada actor y por extensión a la obra en su conjunto. Un compendio armonioso.
UN GRAN TRABAJO.
Y todo esto es producto, según me consta, de muchas horas, de años de sacrificio, en un proyecto que comenzó en 2019, con el parón del COVID de por medio, y que ahora cosecha sus frutos. Esperemos que siga cosechándolos por mucho tiempo más.
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