Tiene fama el esfuerzo de hacer madurar a las personas, de cargarle las pilas y desarrollar sus potenciales. Pero, ¿cualquier tipo de esfuerzo? El esfuerzo que vende la derecha es sometimiento moral y sin matices. Para el facha, cualquier tipo de trabajo es digno de aplauso. Pero el esfuerzo sólo enriquece si compensa íntimamente. Y no son beneficios económicos. El esfuerzo que colma a la persona esta relacionado con su fin personal. Por ejemplo, una vocación llena, ya sea coleccionar sellos, sembrar un huerto, poner ladrillos o pintar cuadros, porque lo eliges libremente.

Pero hay trabajos para comer que no te realizan.

Típicamente, a los no esforzados se les llama vagos y los que se esfuerzan, serviles y alienados y, en efecto, hay perezosos que se apuntan al antisistema para no dar golpe y empresas que se aprovechan de la «cultura del esfuerzo» para mantener la conciencia tranquila cuando esclavizan empleados, pero esfuerzo y realización personal tienen que ir de la mano con unos condicionantes de recompensa interna. Esto implica libertad, voluntariedad.

Cuanto más rico es un país, menos paro, más posibilidades de que esto se dé. Esto suma riqueza porque el trabajo te gusta, tu ilusión promueve un esfuerzo natural con resultados más espectaculares al ser menor el sufrimiento. En tiempos de crisis, por el contrario, también se cae en un bucle, esta vez negativo: a más paro, más trabajos insatisfactorios, menos felicidad, menos ganas y menos riqueza. Sin gusto, exigir esfuerzo es exigir dolor. Sin voluntariedad, el esfuerzo es escaso, no es un valor positivo.

Esto afecta al nivel intelectual. El entretenimiento se prefiere a la cultura cuando se llega reventado a casa. Entonces la sociedad se adocena. Pero la derecha aplaude al trabajador que pasa doce horas doblado porque sí, apretando tuercas o cosiendo pantalones, sumido en la infelicidad y, luego además, se empeña duramente en «ser culto». A ese «esfuerzo» se la refanfinflar la satisfacción del esfuerzo. Pero la satisfacción, es decir, realizarse, es imprescindible.

Publicado en prensa de papel (La Voz del Tajo- Talavera de la Reina) el 19 de mayo de 2015)

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