Decía Ivá, en Maki navaja: ¿quieres ser incorrecto? Métete con el rey, no con Franco. (Hoy ya ni eso)
Y es que uno puede ser incorrecto y acabar asesinado, pero occidente también dispara sus balas contra sus propios disidentes. Para detectar a estos «indeseables» (sin que intervenga el Islam) piense siempre: si algo es popularmente incorrecto, no lo es. Si algo es incorrecto para los incorrectos, lo es. Me explicaré:
Ser políticamente incorrecto no es repetir una y otra vez lo que todo el mundo considera políticamente incorrecto. La auténtica incorrección reside en el pensamiento libre. Libre e independiente de grupos y secciones. Los librepensadores que analizan hechos más allá de la opinión mayoritaria, ponen en solfa lo evidente y dan matices son los que estorban y, como desestructuran la sociedad, el grupo se defenderá de ellos acusándoles de rojos o fachas, buscando una tendencia que explique lo que ellos no comprenden. Las ideologías, además, calman su miedo a los freelance acusándolos de incongruentes. Y es que la sociedad es muy simple pensando y, cuantas más gamas de colores da el freelance, ella menos entiende y más lugares comunes enarbola.
¿Y el castigo? No son balas, sino indiferencia. Si un día tocaste las narices a un concejal, -¿tal vez no tomaste copas con él? ¿No les visitaste en su despacho?-, probablemente seas ignorado. El periodista radiofónico de plantilla llamará como tertuliano a un pardillo local visible y no a ti, porque tú dices cosas raras que no gustan, mezclas despropósitos incomprensibles, no eres claro. España es el país de la redundancia, el topicazo, el café, el visiteo y el agradecimiento a los servicios prestados. Hay que alternar para ser reconocido, porque el valor te lo dan los demás, con independencia de lo tonto o listo que seas. Y si molestas, el concejal preferirá acudir a la presentación del libro idiota del pardillo radiofónico antes que realizar una simple llamada al disidente para felicitarle por un premio nacional, disparándole así su bala de indiferencia.
Publicado en prensa de papel (La Voz del Tajo- Talavera de la Reina) el 27 de enero de 2015)
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