Boli verde, boli rojo. Ustedes han oído hablar este método. Sirve para la enseñanza. Consiste en usar un boli verde para destacar lo bueno, por ejemplo cuando corriges un examen. En lugar de tachar en rojo los fallos, señalas en verde los aciertos. Así, cuando devuelves el examen corregido, el niño recibe un subidón de optimismo que le anima a corregir fallos para conseguir más verde. En teoría, claro. Psicología inversa, dicen. Pero el esfuerzo también es del profe, porque siempre es más fácil y liberador arrear un buen tachón rojo que morderte el labio y tragarse la bilis verde. ¿A qué es bonito? Pues explícaselo tú a una madre o a un padre.
Porque yo he visto madres y padres que predican eso para los demás pero trepan por el techo como Linda Blair si su hijo saca un ocho en vez de un diez. boli verde, boli rojo
Incluso le han largado un razonable “hostión que te estampano y te saco las muelas” cuando sospechan que no serán número uno en Ingeniería Técnica Industrial.
Lo del boli verde es fácil cuando el niño nos importa una mierda, porque no es tuyo, es un alumno de paso en clase y al año que viene no le ves… pero si es tu hijo, bic, bic, bic. Bic rojo escribe grueso. Bic verde escribe una mierda, a trompicones y se obtura. Dos escrituras a elegir. Con tu hijo, el verde no marca el folio.
“¡Pepita, ven aquí te digo!”. boli verde, boli rojo
El verde es más trabajoso, quema la paciencia y la línea se difumina. Los resultados son más lentos y dudosos. Un buen “cago en la nata montada” y una torta a tiempo lo deja todo más claro, “leche que te han dao, tantas tonterías pedagógicas.
Muy bonito para tomar café con la vecina y presumir, pero contigo, cago en la Virgen de la pata tiesa, te clavo el rojo en la yugular y te dejo sin móvil hasta que Pablo Iglesias gane las elecciones, venga ya, tanto consentir con estos críos”.
También publicado en prensa local edición papel La Voz del Tajo de Talavera de la Reina 30 de marzo de 2018
ARTÍCULOS RELACIONADOS
0 comentarios