Aviso a Pedristas
¿Y pasará ahora? Especulemos. La militancia del PSOE prefiere a Pedro y todos sabemos cuáles son “las formas” de Pedro y lo que pretende, ya sea con mociones o provocando una inestabilidad insoportable. Pero si volvemos a elecciones habrá votantes que piensen que vamos para atrás, a problemas ya superados.
La política me asquea, por eso hablo poco de ella. Sobre todo esta de ahora, donde España se odia a sí misma, donde se insulta al malo hasta el vómito. ¿Y quién es el malo? El rival, sin duda. Y lo mismo reza para peperos contra sanchistas o pablistas.
En el nuevo código penal aparece el odio como delito. Todo el congreso y media España debería estar encarcelada. Aviso a Pedristas
¿Es que el odio molesta tanto como la corrupción? Pues a la gente pacífica, sí.
El votante apolítico considera el odio sólo un medio para conseguir poder, evitando que el pueblo piense. Pero aún quedan votantes no militantes y son quienes hacen democracia. El militante siempre vota lo mismo, colabora al enquistamiento en el poder de los mismos. Es el no militante quien cambia su voto, porque no se radicaliza y trae la alternancia.
AVISO A PEDRISTAS: LA VICTIMA Y EL VERDUGO
Los periodistas se recrean en el sálvame político porque vende, pero algunos españoles preferimos paz. Acaso algunos votantes estén más a first dates y Belén Esteban. Otros se molestan y piensan que Pedro ha venido a molestar. Como moleste mucho, Rajoy acabará en víctima y eso le dará votos.
¿Que no? Quedan avisados, porque don Quijote defendía a toda víctima, justa o no, y ya sea Rajoy el muchacho bueno azotado por el labrador o el Ginesillo malo encadenado, la España quijotesca siempre compadece.
Y es que en España, el militante ejerce un voto sentimental de odio, pero el no militante «pacifista» puede ejercer un voto de compasión contra el agredido, y recordemos que militantes hay miles, pero no militantes, millones. Avisados quedan.
El militante (de cualquier partido) tiene una venda puesta. Cuídense de medir a España por su ideología, que luego llaman tontos a quienes no votan lo suyo y eso tiene un nombre.
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