LA MALA IDEA DE LA PROFESIÓN DE ACTOR
la profesión de actor.
Dirán ustedes que me pongo la venda antes de recibir la herida, pero lo cierto es que, a lo largo de la vida ves muchas cosas. Y una de las cosas que ves es que el trabajo y el dinero es cosa seria, a la que debes prestar la mayor atención. Con la que hay que tener la máxima prudencia. Y las profesiones más discutibles a la hora de conseguir dinero y ganarse la vida son… las profesiones artísticas.
LA FRASE HECHA
Existe el tópico de animar a la gente a “luchar por lo que sueña”. Es una idea positivista que ha calado en la sociedad y de la que no hay forma de deshacerse. O, al menos, matizarla. No se puede matizar sobre el asunto. “Lucha por tus sueños” es un tópico, una frase lapidaria que, en esta sociedad, se ha convertido en ley. Todos aquellos que nieguen la veracidad de esta famosa máxima es considerado un rancio, un frustrado, un negacionista. Una persona tradicional, conservadora, que tiene miedo, que quiere reprimir al que pretende vivir de un sueño o hacer de su sueño realidad. Y todo porque ÉL ha fracasado y por eso aconseja dejar de luchar por lo que él llama “utopías” y dedicarse a un oficio útil y solvente.
EL “NEGACIONISTA”
Negar o tan siquiera matizar que empeñarse en “luchar por los sueños” no es una fórmula mágica que, si se invoca, ¡zas!, ocurre, es convertirse en un triste, en un amargado. Negar que vaya a dar resultado en todas las ocasiones es un modo de calmar la conciencia propia. Propio de quien no ha conseguido sus sueños, claro está, como “él”, que no lo ha conseguido, y lo predica para que no lo puedes conseguir tú.
LOS OPTIMISTAS.
Los optimistas, por el contrario, se abonan a la idea contraria y predican una y otra vez, de forma fanatizada, que hay que luchar por los sueños”. Quieren convencerse de que el triunfo está al final del arcoíris. Convencerse de que “luchar por los propios sueños” es el camino y conseguirlo un premio a la decisión tomada. Siempre. O, al menos, el viaje vale la pena. El viaje de la vida habrá merecido la pena si no renuncias a tus sueños. Si no te entregas a una vida de amargado oficinista que te esclaviza y te roba tu tiempo de vida, que es lo único que realmente posees.
Pero la realidad, al menos en el mundo artístico y más en concreto en la profesión de actor, plantea cosas muy diferentes a este mundo ideal.
LA ESTADÍSTICA.
Es que la estadística nos revela que hay más actores que no han conseguido realizar sus sueños que los que lo han conseguido. No tienes más que meterte en Facebook y buscar grupos de actores, escritores o profesiones parecidas y pronto aparecerán individuos que pretenden dedicarse a dichas artes, que se pasan la vida buscando trabajos temporales en otros oficios que den dinero y acaban sus días ignorados o con un currículum escaso.
Han trabajado muy poco tiempo en aquello que les gusta, de modo esporádico y siempre en proyectos, trabajos, obras de teatro de ínfima categoría o media, sin lograr nunca situarse. Si buscas eso, tal vez sí, tal vez la frase desea útil. “Lucha por tus sueños”. La realidad te dará las migajas, puesto que hay muchos proyectos a los que puedes optar. Pero olvídate de que los trabajos artísticos sean como cerezas, que se siguen unos a otros, y de que ni siquiera puedas alcanzar un día esas migajas de la fama que ansías.
LAS MIGAJAS DE LA FAMA.
Tal vez no busques la fama sino vivir la vida como actor, y no como un oficinista amargado. Tan solo busques no tener que renunciar a tus sueños. Si buscas eso y eres capaz de llevar una vida insegura y pobre, bien.
Pero si entiendes por “luchar por tus sueños” es alcanzar la fama algún día, más vale que te olvides. La fama está reservada a unos cuantos. La mitad de ellos llevan el apellido de un clan familiar. La otra mitad, son amigos de algún miembro importante de ese clan.
Alguno hay que, de vez en cuando, resulta elegido en un casting donde se presentaron más de doscientas personas y sonó la flauta. A partir de ahí, si ese agraciado con la lotería sabe ensanchar el hueco que la oportunidad le ha abierto, puede que logre su propósito. Si sabe explotar la oportunidad que se le ofrece. Eso dependerá de sus habilidades sociales y de las amistades que haga. Si no la aprovecha, se volverá a hundir en el olvido. Y ese tren nunca suele pasar dos veces.
Pero esas migajas de la fama constituyen tan solo un 2% o un 3 % de los que consiguen “vivir de sus sueños”. El resto son los elegidos que nacieron en la familia adecuada.
JUGAR MAL TUS CARTAS. la profesión de actor.
“Luchar por tus sueños” no te garantiza alcanzarlos. Mientras eres joven, la ilusión se mantiene. Puedes “luchar por tus sueños” como si tus padres fueran a vivir siempre y a proporcionarte la sopa boba en la mesa y la cama caliente. Pero tus padres envejecen y tú también, y tienes la obligación de alcanzar esos sueños cuanto antes. Porque si no, te espera un calvario de servir copas o hamburguesas, en espera de que el milagro se produzca.
UN PROYECTO NO VITAL.
Entre tanto, puedes apuntarte con unos amigos que estén en tu misma situación a levantar un proyecto de segunda fila o de tercera. Un proyecto en el cual os habéis embarcado con la ilusión de quien no mira al futuro, sino a su propio ombligo. Confiados en tal proyecto, enganchados a la fantasía de seguir soñando. Un espectáculo fantástico, maravilloso, donde todo el mundo está implicado, donde todos colaboran por igual, donde todos han puesto mucha ilusión y mucha carne en el asador. Que supondrá un revulsivo en el mundo de la interpretación y la dramaturgia. Un proyecto para el que habéis conseguido una sala perdida del ayuntamiento de un barrio marginal de Madrid, donde acuden ocho personas entre las cuales se hallan siete familiares o siete amigos de la misma Escuela de teatro donde habéis estudiado.
EL PROYECTO MUERE.
Lo intentáis una y otra vez y no conseguís nada más que salas alternativas de segunda fila. El proyecto muere. Ese grandioso proyecto que os abriría las puertas del Olimpo muere y solo os queda renegar de la incomprensión social, de la incultura de un público adocenado, de la falta de publicidad y de falta de ayuda de los políticos. Hasta el próximo proyecto genial que vaya a revolucionar la dramaturgia en nuestro país y que os reporte los mismos resultados. Y así un proyecto tras otro… hasta otro fracaso final, de nuevo. Haciéndote viejo, cada vez más viejo, e intentándolo todo, de mala manera y con las cartas equivocadas. Esperando el milagro.
Es el modo vanidoso que tienen muchos actores de “luchar por sus sueños”. Un modo, como otro cualquiera, de jugar mal sus cartas.
JUGAR BIEN TUS CARTAS. la profesión de actor.
Viendo lo difícil que es jugar tus cartas en un mundo complejo, se impone ser muy avispado y tener dos dedos de frente si quieres triunfar. Y acaso el único modo de hacerlo y no equivocarse sea «estar en el lugar adecuado en el momento preciso». ¿Ves?, otra frase famosa. Una fiesta fin de rodaje al que has acudido como amigo de un invitado. Amigo de un invitado, ya sea cámara, productor o simple allegado de un famoso al que puedas haber conocido en otra fiesta.
EL AMIGO DEL AMIGO.
Cuántos nuevos actores que no pertenecen a ningún clan familiar han aterrizado en el ansiado olimpo buscándose las habichuelas por ser amigos de un amigo de alguien que conocieron en su día y cuya amistad cultivaron de forma inteligente. Si conoces a alguien que conoce a alguien que al final te pueda acercar al famoso de turno, no pierdas la ocasión de arrimarte a él.
Sé que suena tramposo, pero el mundo del actor es un territorio donde solo ganan los que saben hacer trampas y disimularlas como si no lo fueran. De este modo, tragándose la decencia, tan inútil para luchar en este mundo tan complicado, te acercas al amigo del amigo, procuras hacerte amigo suyo, así como de otros allegados al famoso y alguna ocasión habrá de conocer al famoso. A partir de ahí, tus habilidades sociales son las que juegan un papel fundamental para lograr el éxito y la fama. Poco a poco, lentamente, hasta el triunfo final.
RECHAZANDO PROYECTOS BONITOS.
Qué duda cabe que habrás de rechazar aquellos proyectos de tus amigos, aquellos a los que conociste en la Escuela de Teatro, y dejar que otro sea quien interprete aquel papel que estaba destinado para ti en una obra que iba a revolucionar el mundo de la dramaturgia en España. Acaso irás de visita cuando estrenen en la sala alternativa que ellos han conseguido en las afueras, donde solo acuden ocho familiares y tú. No tendrás tiempo para más. Tú estás entregado al oficio de irte de fiesta con el amigo del amigo del famoso. Porque la lucha por los sueños empieza ahí, en las fiestas, en los saraos, con los amigos de los amigos hasta que te haces amigo del famoso que te abre las puertas.
Después, cuando ya seas famoso tú, intentarás que tus amigos de la sala alternativa tengan a su vez su oportunidad. Pero eso ya es otra historia que pertenece al mundo de la fantasía. Se supone que tú habrás logrado de este modo la fama, cosa que no es del todo segura. Pero al menos habrás logrado jugar bien tus cartas. la profesión de actor.
UNA SEGUNDA OPCIÓN. “APOSTAR POR TI MISMO” la profesión de actor.
Una segunda opción es “apostar por ti mismo”. Que no es lo mismo que “creer en ti mismo”. Fíjate tú por dónde, otra frase mítica que se ha hecho viral y de la que no se apean los que viven en la fantasía de creer en este mundo, en esta vida, en esta sociedad. “Lucha por tus sueños” y “cree en ti mismo”. Muy bonitas las frases, sí.
Pero “creer en ti mismo” no es confiar en que tienes méritos de sobra. Aparte de que esas virtudes hipertrofiadas no son suficientes para alcanzar la fama. Tal vez seas un negado para la interpretación y, sin embargo, “crees en ti mismo”. Allá tú.
“APOSTAR POR TI MISMO” NO ES LO MISMO QUE “CREER EN TI MISMO”
No es lo mismo “creer en uno mismo” que «apostar por uno mismo». “Apostar por uno mismo” significa no depender de los demás, ni siquiera de tus amigos a los que te has unido en un proyecto que te atrapa y a los que eres fiel. Un proyecto que tal vez te lleve por el camino equivocado. Rompe el compromiso si eso te beneficia. Otro acto de inmoralidad, de indecencia, de crueldad, necesario en este mundo. la profesión de actor.
SÉ TU PROPIO EMPRESARIO.
Porque sí. Hay otras opciones que quizá tengas y que has despreciado hasta ahora. ¡Aprovéchalas! Me refiero a la opción que tiene todo el mundo de ser su propio empresario sin esperar contratos ajenos. Crear tu propia compañía donde tal vez estéis solo dos actores para que resulte rentable. O apuesta por ti mismo, creando tus propios números, bien sea pantomimas, monólogos de humor o cualquier otra función que puedas idear y que resulte original. Que llame la atención, que venda. Que no sea tan “revolucionaria” como el proyecto de la sala alternativa aquella, pero que te proporcione popularidad.
Pero, sobre todo, que no te obligue a depender de nadie para ponerla en pie y explotarla. No depender de nadie. Ser tu propio empresario te abrirá las puertas. Crear “tus propias puertas”. Podrás presentarte a concursos de televisión. Got talent y cosas por el estilo. Podrás colgar tus interpretaciones en YouTube para ser conocido, explotarte en las redes sociales, etc. Es otra opción de la que dispones. Y no tienes que esperar a nadie ni a nada para llevarla a cabo. la profesión de actor.
TU REALIDAD.
Pero si tu realidad es la continua queja por lo mal que están las cosas para los actores, para los artistas en general… si todo lo que sabes hacer es llorar y protestar por la falta de ayuda de los políticos y despotricar contra ellos… si solo te lamentas por el sistema capitalista en el que te esclavizan y no tomas medidas para adaptarte a él, sino que sigues empeñado en darte de cabezazos contra un muro que no puedes derribar tú solo ni en compañía de otros, de tus cuatro amigos, por más que lo intentes una y otra vez… la profesión de actor.
ASUMIENDO LO INEVITABLE. la profesión de actor.
Si tu realidad es servir copas como único resultado efectivo de tu lucha, por lo que siempre soñaste, considera la posibilidad de buscarte un trabajo económicamente solvente y capitalista… sí, de ese capitalismo que tanto aborreces, y dedicarte si acaso, como mero hobby, a tu afición. Si no cuentas con las tragaderas suficientes, si no estás dispuesto a comerte sapos y ser mentiroso, si no sabes fingir ni cuentas con habilidades sociales, perversas y malvadas, asume que nunca podrás “vivir de esto”. Que este mundo está reservado para otros. Que quizá no seas tan bueno como te crees o que buscas un imposible en el lugar equivocado y no habrás de lograrlo nunca, porque allí no está.
SÉ CRUEL.
Piensa en todo esto. Sé cruel contigo mismo. Ponte una vez colorado y no ciento amarillo y toma la decisión correcta. “Lucha por tus sueños” no es una frase que te vaya a dar trabajo por sí misma. Es una utopía muy bella, por supuesto. Igual de bella que “apuesta por ti mismo” o “cree en ti mismo” o “el sol siempre sale después de la tormenta” o “al final siempre sale el arcoíris” o “somewhere over the rainbow” o la frase que más te mole para repetirla una y otra vez, hasta que te canses sin ver resultados.
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